Parece un final tan semifeliz como poco creíble que Vítor Roque haya sido traspasado al Palmeiras brasileño por 25,5 millones fijos y 5 millones más en variables, dejando un beneficio aproximado de 1,5 millones, oro puro para las expectativas y la necesidad de Joan Laporta de sostener su acortado margen salarial. Estas son al menos las métricas de la operación que la prensa directamente conectada al aparato laportista ha difundido en el momento de consumarse la venta, o más bien la devolución de un activo azulgrana que ha resultado ser, desde todos los puntos de vista, un fracaso, deportivo y económico, además de haber levantado desde el principio las justificadas sospechas de un sobreprecio directamente vinculado a la participación del intermediario brasileño André Cury., repudiado por Laporta en 2021 y readmitido efusivamente y por sorpresa hace año y medio con ocasión del trato con el Athletico Paranaense para el fichaje de Vítor Roque.
En efecto, al rastrear esta información y contrastarla con fuentes fiables, las cifras filtradas desde la junta azulgrana se diluyen y distorsionan sin que se haya oficializado desde el Barça ninguna cifra sobre el acuerdo con el Palmeiras, pues ya hace meses que Laporta decidió reservarse para él los detalles de todas las operaciones, que se manejan a fuerza de dejar caer entre su prensa y aparato digital lo que más le convenga en cada momento.
Sin embargo, dando por bueno esos 25 millones por un goleador que si vuelve a su país con alguna etiqueta no es precisamente la de un triunfador ni la de un goleador infalible, los medios próximos al club de origen de Vítor Roque, el Athletico Paranaense, insisten en que el fijo firmado por el Barça hace poco más de un año fue de 38 millones más 31 millones en variables.
Por tanto, en el caso de recuperar 25 millones, la pérdida directa para el Barça sería de 13 millones menos la amortización correspondiente hasta final de febrero, de unos 5 millones, es decir, pérdidas de unos 8 millones en el primer balance. No solo estaría descartado que Laporta hubiera obtenido alguna rentabilidad, sino que a esos 8 millones se le podría añadir el coste eventual del coste de oportunidad obtenido por el Betis, que tenía la sartén por el mango si Palmeiras y Barça constraían para cerrar el trato antes del 28 de febrero, último día del mercado de fichajes en Brasil.
A cambio de renunciar a estos dos años (1+1) que tenía firmados en régimen de cesión, el club verdiblanco acabó forzando en el último momento una ampliación del porcentaje de la propiedad sobre el exblaugrana Abde, del que ya tenía asegurado un 50% sobre el valor de los 15 millones acordados en su momento por el traspaso. Gracias a dejar ir a Vítor Roque, que no era precisamente titular en el equipo de Pellegrini, ahora ha aumentado en un 30% la propiedad, hasta el 80%, sin la necesidad de abonar los 4,5 millones al FC Barcelona.
Por lo tanto, el déficit asciende a 12,5 sin perjuicio de que el Athletico Paranaense, que continuaba teniendo un 20% de Vítor Roque, pueda reclamar su parte del pastel, porque también aseguran las fuentes solventes próximas al Athletico Paranaense que el Barça lo que adquirió en su momento fue solo el 80% del pase de Vítor Roque, valorando al delantero en 47,5 millones. Si así es, del traspaso por 25 millones el club brasileño donde se forjó podría agarrar 5 millones que, a su vez, habría que descontar del presunto ingreso con el que los laportistas ya se frotaban las manos anticipadamente.
Otra conclusión, inevitable e indiscutible, pasaría por denunciar la exagerada y sospechosa pasión de Deco y de Laporta por conseguir los servicios de un jugador que, con las cifras en la mano y en coincidencia con los expertos analistas del fútbol brasileño, tampoco había llamado tanto la atención de los clubes europeos, solo del presidente y del director técnico azulgrana. Consecuentemente con la magnitud de la inversión, ambos no dudaron en anticipar su aterrizaje en Barcelona hace poco más de un año aprovechando la lesión de larga duración de Gavi, seguramente en un error de cálculo y de precipitación más temerario aunque apostar de una forma tan ciega y millonaria por un futbolista demasiado verde y joven para soportar la presión de llegar al Barça como una estrella del gol, como aquel ‘Tigrhinho’ a quien el departamento de marketing de Laporta arruinó la vida con su exagerada y demencial campaña de presentación. Tan absurda como después fueron las críticas de Deco a la prensa acusándola de haber sido cruel con el jugador. En parte tenía razón, las críticas debieron centrarse en el propio Deco, el presidente y Alejandro Echevarria, en quienes recae la autoría del frustrado y carísimo fichaje, antes que en el jugador.
También en el momento de airearse desde el rebote de la junta las variables acordadas de 5 millones los medios han entrado en contradicción, vinculándolas a que Vítor Roque sea elegido entre los tres mejores del Mundial de Clubes de este verano, gane el Balón de Oro y el Palmeiras conquiste un título internacional con su participación. No parecen demasiado realizables, mientras que de las variables de 31 millones comprometidas por el Barça con el Athletico Paranaense no se sabe nada ni tampoco si se han abonado en parte durante su breve vida azulgrana.
Desde la junta también se ha filtrado que gracias a esta operación y a su ‘beneficio’ se apuntala un poco más de margen salarial. Curiosa conclusión si se tiene en cuenta que, al margen de que las cifras reales apuntan en la dirección contable opuesta, es decir, que el Barça perderá al menos 12,5 millones en la estimación más optimista, el caso de Vítor Roque y de su cesión al Betis aún no ha sido aclarada, ya que, precisamente para evitar que su inscripción como jugador consumiera juego limpio el Barça no registró su contrato. en LaLiga, requisito previo e indispensable para poder cederlo. Si en verano no entró ni Dani Olmo, el fichaje estrella de la temporada, por falta de margen salarial de Laporta difícilmente podía tener preferencia un futbolista que Hansi Flick descartó el primer día. En Madrid sostienen que LaLiga y la RFEF miraron hacia otro lado en el momento de validar el concepto ‘cesión’ al Betis, uno de los clubes con menos capacidad para fichar, como el Barça, en el ranking de LaLiga.
Por tanto, si el Barça no aparecía formalmente como propietario del brasileño a efectos de juego limpio es complicado especular con que ahora su venta, más que dudosa en términos de superávit, genere una mejora en la masa salarial. Como siempre, es cuestión de tiempo que los números de la operación, los reales, vean la luz fuera del mundo opaco y manipulado de la oscuridad en el que se mueve Laporta, que nunca se hizo una foto con Vítor Roque. Nunca.
Finalmente, si el Palmeiras paga de verdad 25 millones por Vítor Roque, su fichaje habrá sido el más caro de la historia del fútbol brasileño. ¿Creíble?