Junts da marcha atrás y no apoyará la moción de censura contra la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols (Aliança Catalana). En un comunicado, la dirección nacional y la sección local del partido afirman que «es inviable» y apuntan que, si saliera adelante, aumentaría el «victimismo» de Orriols y que «atisbaría una confrontación social de difícil reconducción a corto plazo».
Con la decisión de Junts, se dissipa la posibilidad de que la oposición eche al partido de extrema derecha en la capital del Ripollés al no conseguir los 9 concejales necesarios para sacarlo adelante. Junts y ERC han encabezado estos días las negociaciones al tener más concejales – 3 cada uno- si bien les hacía falta el apoyo de dos formaciones más – PSC tiene 2, la CUP 2 y Som-hi 1-.
Este martes por la noche estaba prevista una reunión con todos los grupos de la oposición, pero a primera hora de la mañana algunas fuentes consultadas por la Agencia Catalana de Noticias (ACN) han admitido que el pacto «peligraba» y que estaban pendientes de la decisión final de Junts, que finalmente ha dado marcha atrás y no apoyará la moción de censura.
Las justificaciones de Junts
En el comunicado, Junts desglosa los motivos por los que creen que no es el momento de presentar la moción y señala que la ciudadanía no entendería «sustituir un gobierno en minoría por otro en minoría» porque podrían interpretarlo como un «simple cambio de sillas».
En este sentido, también considera que la moción incrementaría «el riesgo de que la alcaldesa aumente el victimismo y que atice una confrontación social de difícil reconducción, al menos a corto plazo». Según el escrito, «ya hemos visto que a Aliança Catalana esta estrategia le interesa y no tiene ningún límite ético para conseguir su propósito».
El partido también cree que el gobierno «alternativo» debería ser «fuerte, con un gran apoyo popular y, por tanto, fruto de la voluntad mayoritaria de los ripolleses». En este sentido, defiende que hay que «derrotar» a Aliança Catalana «en las urnas y no en los despachos» porque «es donde la democracia habla más claro que nunca».
Los junteros admiten que el partido de extrema derecha es «una fuerza que atiza el odio entre catalanes y se vincula sin ningún rubor ni precaución con las corrientes políticas más radicales de Europa» y, pese a rechazar la moción de censura contra Orriols, aseguran que trabajarán para «revertir» esta situación.