El Ayuntamiento de Barcelona y la entidad del Tercer Sector Hábitat3 han llegado a un acuerdo para comprar la Casa Orsola por 9,2 millones de euros. Las dos partes han cerrado un acuerdo de compra social colaborativa y aportarán cerca de la mitad del coste de la operación cada una.
En rueda de prensa, el alcalde socialista Jaume Collboni ha explicado que el acuerdo se ha cerrado en el marco de la mediación con la propiedad planteada por el Síndic de Greuges de Barcelona y ha concretado que la propiedad ha aceptado formalmente la oferta esta misma mañana. Collboni ha asegurado que la fórmula acordada es «innovadora y pionera» y ha señalado que permitirá suspender el desahucio previsto.
El alcalde ha dicho también que compran la finca para mandar un mensaje «claro»: que «Barcelona defenderá el derecho a la vivienda» con el objetivo de «cambiar las reglas del juego». Concretamente, el consistorio barcelonés aportará 4,87 millones de euros en la operación y 4,33 millones. Según el consistorio, el precio total de compra -9,2 millones de euros- significa que el metro cuadrado sale a 3.335,75 euros/m², un 30% inferior a la media del barrio de Nova Esquerra de L’Eixample.
La primera consecuencia de todo ello, ha añadido el alcalde, es que se detienen los procesos de desahucio y se convertirá el edificio en pisos de alquiler asequible. Así los actuales inquilinos, ha dicho, no tendrán que marcharse.
Además, Collboni ha explicado que con esta operación el Ayuntamiento pagará menos de lo que habría pagado en 2021 si hubiera adquirido la finca por tanteo y retracto, ya que entonces habría costado 5,2 millones y ahora el Ayuntamiento pagará 4,87. Otra diferencia respecto a ese momento, ha dicho, es que se descartó adquirir la finca porque entonces no había pisos vacíos. En cambio, ahora, a corto plazo se podrá disponer de pisos que se pondrán a disposición de la bolsa de alquiler asequible de la ciudad.
La Casa Orsola suma 26 viviendas habitables y cuatro locales comerciales. Actualmente, en la finca hay siete viviendas con contrato de alquiler indefinido, siete de alquiler de temporada, cinco con contrato de alquiler vigente, cinco más en proceso de demanda o procedimiento judicial y dos vacíos. Con la operación, se podrá poner a disposición del parque público de vivienda un total de nueve pisos: los dos vacíos y los siete de alquiler de temporada una vez finalicen sus contratos. El resto de contratos de alquiler vigentes se mantendrán o se formalizarán de nuevo de acuerdo con la legislación de arrendamientos urbanos valorando cada uno de los casos.
Proceso de mediación discreto
Collboni ha explicado que, ante la posibilidad del desahucio de un vecino, el Ayuntamiento aceptó el ofrecimiento de mediación por parte del síndic David Bondia y fue en este contexto que surgió la oportunidad de una compra social. Hàbitat3 se ofreció a comprar la finca conjuntamente con el Ayuntamiento y se cerró un acuerdo. Gracias a que la entidad se pusiera a disposición para hacer una compra conjunta, ha indicado el alcalde, el consistorio ha podido participar en la operación de compra directa sin esperar al tanteo y retracto.
La presidenta de Hàbitat3, Carme Trilla, ha justificado que se decantaron por la operación porque existe la posibilidad de destinar viviendas vacías a alquiler asequible. Sin embargo, también ha admitido que hubo un debate en el seno del patronato sobre implicarse o no en la compra. «Nosotros trabajamos con personas vulnerables, y a las que ahora sí se renovará los contratos… ¿son consideradas vulnerables o no?», ha reflexionado. Ella misma ha concluido que, si bien no lo son desde el punto de vista tradicional «de ingresos bajos», sí que hay una «vulnerabilidad residencial», ya que son personas que tienen el riesgo de perder su vivienda.
Según Trilla, al final la solución de una compra social es «óptima» para todos los actores implicados, tanto vecinos como Ayuntamiento, y también porque es una apuesta por «defender el arraigo en la ciudad y luchar contra la gentrificación».
Por su parte, el síndic ha relatado en rueda de prensa que como mediador ha tenido conversaciones con las tres partes: Ayuntamiento, Sindicat de Llogateres (Sindicato de Inquilinas) y propiedad. Bondia ha afirmado que algo «fundamental» ha sido la discreción y ha señalado que dialogó con el sindicato y con la propiedad sin que las dos partes se sentaran en la misma mesa. «Si no, no se habría llegado a un acuerdo», ha admitido.
Ahora, ha dicho, cree que sí que se abrirá una mesa de diálogo donde deberían estar los vecinos y el Sindicat de Llogateres, y el síndic hará seguimiento de la operación.