Este lunes en la Audiencia Nacional comienza el juicio contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por los presuntos delitos contra la libertad sexual y coacciones a la jugadora de la Selección Española Jennifer Hermoso, a raíz del beso no consentido que le hizo después de que la selección femenina ganara el Mundial de 2023. La Fiscalía pide para él un total de dos años y seis meses de prisión, y la defensa de Hermoso solicita, además, que se prohíba a Rubiales acercarse a ella a menos de 500 metros durante cuatro años.
También estarán en el banquillo de los acusados el exdirector deportivo de la Selección masculina, Albert Luque, el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el exresponsable de marketing de la RFEF Rubén Rivera, para los que el ministerio público solicita un año y seis meses de prisión por un delito de coacciones por las supuestas presiones a las que sometieron a Hermoso tras el beso no consentido. Tanto Rubiales como el resto de acusados declararán a partir del 12 de febrero.
Este lunes, la primera en comparecer será la jugadora, que debe ratificar una vez más su versión de los hechos. También testificarán la que era directora de fútbol femenino en el momento de los hechos, Ana Álvarez, y la entonces jefa de prensa de la Selección femenina, Patricia Pérez, como testigos.
A partir de este martes, continuarán las declaraciones como testigos del exdirector de integridad y exvicesecretario general de la RFEF Miguel García, del exdirector de Comunicación de la RFEF Pablo García, del subdirector de Comunicación, Enrique Yunta, del seleccionador masculino, Luis de la Fuente, y del psicólogo de la Selección femenina, Javier López.
La Audiencia también escuchará los testimonios de compañeras de Hermoso de la Selección como María Isabel Rodríguez, conocida como Misa Rodríguez, Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina.
Ratificación de Hermoso
Este mes de enero Hermoso ya ratificó al juez de la Audiencia Francisco de Jorge la declaración que hizo ante la Fiscalía sobre el beso no consentido que le hizo Rubiales durante la celebración por la victoria del Mundial. En aquel momento, reiteró que el beso fue inesperado y en ningún momento consentido, y ha explicado que durante el vuelo de regreso y su estancia en Ibiza los investigados la presionaron de manera constante, lo que alteró su vida normal y le produjo una situación de tristeza.
Hermoso estuvo más de dos horas en la Audiencia Nacional para ratificar lo que ya había dicho ante la Fiscalía. Entonces declaró que no fue un beso consentido y que se sintió agredida y coaccionada. La futbolista ha negado también la versión de Rubiales, que declaró que había sido un beso de mutuo acuerdo, y ha insistido en que fue coaccionada por el entonces presidente de la RFEF y otras tres personas, entre las que está el exseleccionador Jorge Vilda.
