De Ginebra en Estonia: así se cocinó el Tsunami Democràtic

En paralelo a la cumbre de Suiza, el informático Jaume Cabaní –persona de la máxima confianza de Carles Puigdemont– creó en el país báltico la sociedad Cataliza OÜ

Oriol Junquera, Carles Puigdemont i Raul Romeva

El día 29 de agosto del 2019 se producía en Ginebra (Suiza) una cumbre independentista, con la asistencia de Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Quim Torra, Marta Rovira, Elsa Artadi, Anna Gabriel, Marta Vilalta, además de representantes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural y el dirigente abertzale Arnaldo Otegi como estrella invitada. Carles Puigdemont se reunió primero con Marta Rovira y con el dirigente de Bildu durante varias horas el primer día. Las dos siguientes sesiones se celebraron con todos los desplazados a la ciudad suiza.

Poco después, el 2 de septiembre, Tsunami Democràtic emitía su primer comunicado, titulado Primera oleada: Un mar de fondo. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón cree que no fue casual esta correlación de fechas, y que el impulso definitivo y el papel a jugar por Tsunami se decidió a la cumbre de Ginebra. Pero hay otro detalle que no tiene que pasar inadvertido: en paralelo a la cumbre, el informático de Puigdemont, Jaume Cabaní, había creado a Tallín (Estonia) la empresa Cataliza OÜ, a través de la cual se canalizaron fondos hacia el Consell de la República. La sociedad fue inscrita en el país báltico el 30 de agosto, el mismo día que se celebraba la cumbre de Ginebra. El juez sitúa Jaume Cabaní como uno de los miembros de la cúpula de Tsunami, organización en la cual utilizaba el pseudónimo de Kanabo. Manuel García-Castellón reproduce un episodio en el cual Josep-Lluís Alay le pide a Cabaní el número de una cuenta corriente de Tsunami Democràtic porque el financiero italosuís Nicola Foglia quería aportar dinero para sufragar gastos de las movilizaciones en Cataluña contra el Estado español.

Un año después, el 28 de agosto del 2020, Cabaní creó el ONG Cataliza RSC, de la cual no existen datos económicos del último año. El 2022, sin embargo, declaró donaciones y subvenciones por valor de 16.000 euros y un flujo de efectivo de 19.952 euros. En cambio, según los registros estonios, a través de Catalitza OÜ tuvo un volumen de negocios, solo del tercer trimestre del 2023, de 10.492 euros. El ONG venía, así, a reforzar el papel de distribución de fondo hacia las estructuras que el independentismo mantiene en el extranjero, lejos de la Administración española.

El juzgue da por hecho que Jaume Cabaní (Kanabo) formaba parte de un grupo de fontaneros que se encargaban de recaudar fondos destinados a sufragar las acciones de Tsunami. “Este gasto es desglosado (…) en función de los ámbitos o áreas de trabajo, y algunas de estas son ‘equipo internacional de informáticos’, o ‘abogados’, gastos relacionados con los actos protagonizados por Tsunami Democràtic, como es el caso del 9-N (jornada de reflexión del 9 de noviembre del 2019) o los gastos de la infraestructura para llevar a cabo el bloqueo de la frontera España-Francia en la Jonquera, a la AP-7. En el grupo se alude al hecho que la manera de recibir los donativos seria a través de la plataforma Stripe”, dice un acto del magistrado de la Audiencia Nacional.

Pero a estas dos sociedades hay que añadir otra, con la cual comparte sede: se trata de Binomio OÜ, que opera en el sector de la información y las comunicaciones. En esta, consta como gerente y propietario Oleguer Serra Boixaderas, que tiene el 100% del capital. Binomio fue creada el 25 de marzo del 2022 con un capital social de 2.500 euros. En aquel ejercicio tuvo unos ingresos de solo 1.940 euros y declaró pérdidas de 242 euros. Los registros indican que, a día de hoy, la empresa “no tiene deuda tributaria y las declaraciones de impuestos se han presentado correctamente”. En el último trimestre del 2023, según los registros, le constan ingresos por 9.006,18 euros.

Las tres empresas comparten sede y sus propietarios también salen en los informes del juez García-Castellón. Porque si Cabaní era Kanabo y figuraba a la cúpula de Tsunami Democràtic, Oleguer Serra no se queda atrás: el activista era consejero ejecutivo de Òmnium Cultural, y en los foros de Tsunami se hacía decir Padre Carbasser. Según el juez, Serra y el empresario Oriol Soler “monitorizaron el intento de colapso del aeropuerto de Barajas (Madrid), como lo demuestran los mensajes que se intercambiaron los dos aquel día”. Se refiere al 14 de octubre del 2019, en una acción paralela al asalto al aeropuerto del Prat. En Madrid, la cosa no funcionó, y casi no hubo afectación de vuelos.

Unos días más tarde, Padre Carbasser comunica a Oriol Soler: “La nueva versión de la APP tiene apoyo para nuevos QR (más pequeños), sistema que te avisa de las nuevas actualizaciones, push notificaciones cuando se reciben mensajes, nuevo sistema alternativo a los QR: enlaces”. La importancia de Oleguer Serra era grande, hasta el punto que al supuesto ninguno operativo de la organización, Xavier Vendrell, se le escapa en una conversación mantenida desde su coche el diciembre de aquel año que “Padre Carbasser es el jefe de todos”.

Su papel clave en Tsunami queda de manifiesto cuando comunica al empresario gerundense Josep Campmajó, alias Canalla: “El paquete son unos walkie-talkies encriptados y que funcionan fuera del rango de frecuencias estándares. Los puedes utilizar si quieres en operaciones especiales. Ya te los pediré si los necesito. Mira que estén todas las baterías cargadas y los canales muy configurados. Está todo comprado sin dejar rastro”. Este conocimiento técnico de las herramientas que se tenían que utilizar se debe a su formación como ingeniero electrónico. En su página personal de la red, detalla que “mis intereses giran alrededor de los apasionantes desafíos en los campos de la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, los datos abiertos, la inteligencia de código abierto (OSINT), la seguridad de la información y la ciberseguridad”.

Serra presume que el 1996 fundó “una de las primeras empresas de Internet de nuestro país” y que ha trabajado por ONGs “siempre buscando formas de mejorar sus operaciones a través de la tecnología. Además, he tenido la oportunidad de desarrollar mi faceta activista por la lengua y la cultura catalanas”. Hasta principios de enero del 2024, Oleguer Serra tuvo responsabilidades a la compañía Argus Limpio Tecnología, una empresa informática de la cual ha sido nombrado liquidador.

El papel de Suiza

No deja de ser curiosa, sin embargo, la fijación que el mundo independentista tiene por Suiza, un paraíso fiscal ubicado en el corazón de Europa. No solo por las diferentes cumbres y reuniones de los dirigentes secesionistas que se han celebrado allí, sino también para ser el destino de Marta Rovira i Anna Gabriel, dos activistas de izquierdas que han elegido este país, paradigma del capitalismo a ultranza, para buscar refugio político. El oscurantismo de la Administración suiza con las cuentas bancarias ayuda a camuflar grandes fortunas y a ocultar sospechosos movimientos de dinero.

Curiosamente, en Suiza también desarrolla Oleguer Serra buena parte de su actividad profesional, puesto que forma parte de la Fundación Auba, con sede en el país de los Alpes, una “fundación sin ánimo de lucro que promueve la cultura, la lengua y la identidad catalanas en todo el mundo a través de la innovación, el emprendimiento, la educación y la diplomacia cultural”. La intención de esta entidad es “convertirse en el barco insignia de la representación de la cultura catalana al mundo”. Al consejo directivo de esta fundación figuran Jordi Cuixart, Jordi Serra, Neus Torbisco, Anna Navarro Descals y Montserrat Bellprat, además del mismo Oleguer Serra.

Jordi Cuixart decidió también fijar su residencia en Suiza después de dejar la presidencia de Òmnium Cultural el junio del 2022. El motivo oficial fue la apertura de una filial de su empresa Aranow Packaging Machinery. Neus Torbisco, por su parte, forma parte del equipo de confianza de Carles Puigdemont. Doctora en Derecho, el 2018 formó parte del equipo de letrados que, bajo la batuta de Ben Emmerson, presentó una demanda contra el Estado español ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU para denunciar la situación de Carles Puigdemont. Poco después, era nombrada responsable de acción jurídica del Consell de la República, y el 2021 Puigdemont la eligió para ser miembro del gobierno de su Consell, mientras que Xavier Antich la eligió para ser vocal de Òmnium Cultural.

Oleguer Serra también es miembro de la empresa Moenia, con sede en Barcelona y a Neuchâtel (Suiza), una firma dedicada a servicios de seguridad de la información y protección jurídica. “Moeenia [en su web se escribe indistintamente con una e o con dos] nació en Barcelona, el hub tecnológico del cono sur de Europa, y tiene vocación internacional. Por eso se proyecta desde el corazón del continente europeo (Suiza) hacia otros lugares del mundo. Queremos ser el instrumento para superar la indefensión de las entidades y liberar nuestra sociedad, en su conjunto, del riesgo que suponen las malas prácticas tecnológicas. Queremos llevar seguridad y prosperidad. Nuestra causa es también para conseguir un mundo más justo”, dice en su página web.

Al consejo de administración de Moeenia también figura Jordi Cuixart, junto a Ignacio Jesús Amadoz y Masoliver Puig. Como presidente de la compañía, figura Eloi Font Manté, que también es el consejero delegado. Jesús Amadoz fue uno de los responsables de las sucesivas páginas web sobre el referéndum que se iban creando para burlar las prohibiciones de los tribunales. Junto a tres activistas más, su tarea consistía a registrar dominios en los cuales ir creando las webs del referéndum a medida que la Guardia Civil iba cerrando portales por orden judicial.

Puedes leer el artículo entero en el número 1560 de la edición en papel de EL TRIANGLE.

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