El expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha comparecido este viernes en la Audiencia Nacional y ha declarado que el beso a Jenni Hermoso durante la celebración de la victoria en el Mundial fue consentido y que no presionó a la jugadora para ratificar públicamente dicho consentimiento. Tras su declaración, la fiscalía y la representación legal de Hermoso han solicitado medidas cautelares, incluyendo que Rubiales comparezca ante el juzgado cada 15 días y no se acerque a menos de 500 metros de la jugadora, con la que, además, no deberá contactar por ningún medio durante la investigación. El juez del caso, Francisco de Jorge, deberá resolver sobre la adopción de estas medidas cautelares.
A la salida del juzgado, la abogada de Jenni Hermoso, Carla Vall, ha dicho que «Podemos seguir sosteniendo que fue un beso no consentido, lo que se ha dicho desde un primer momento. Todo el mundo, todo el país, ha podido observar cómo no existía ningún tipo de consentimiento, y eso es lo que vamos a demostrar dentro de sala» y que «estamos en un momento muy incipiente de esta instrucción, no voy a reproducir nada de lo que se ha dicho». Sobre Hermoso, Vall ha dicho que «se encuentra afectada por este acto humillante que ha empañado un hito deportivo«.
El escándalo, junto a sus gestos en el palco tocándose los genitales una vez la selección española se proclamó campeona del mundo, provocó la dimisión de Rubiales y la interposición de una querella por parte de la Fiscalía, que ha sido admitida por el juez. La defensa de Rubiales estará a cargo de la abogada catalana Olga Tubau. La investigación se desarrolla en la Audiencia Nacional debido a que los hechos ocurrieron en el extranjero.
