Fundesplai ha conseguido reducir un 34% el desperdicio alimentario en los cerca de 300 comedores escolares que gestiona en toda Cataluña. El proyecto, integrado dentro de la propuesta educativa Comer cambia el mundo, se basa en auditorías participativas, donde los niños pesan y registran los restos de comida para su seguimiento.
Según datos del curso 2023-2024, el desperdicio medio se situó en 50 gramos por niño y día y entre el segundo y tercer trimestre se redujo hasta 40 gramos, gracias a acciones como ajustar las raciones, cocinar diferente algunos platos y fomentar la autonomía. “Esto demuestra que la sensibilización tiene un impacto real”, ha afirmado Susagna Escardíbul, pedagoga de Fundesplai.
Escardíbul destaca que el tiempo del mediodía puede convertirse en “un verdadero laboratorio de aprendizaje”, donde los niños y las niñas adquieren hábitos y valores relacionados con la alimentación y el respeto por el planeta. En la escuela Mare de Déu de Montserrat de Castellbisbal, por ejemplo, alumnos de 5º han impulsado comisiones de seguimiento y han hecho propuestas para reducir el despilfarro. Aleix, miembro del grupo, explica que han decidido “comer menos pan para no perder el hambre” y que también hablan menos mientras comen para evitar que la comida “se enfríe, cuando está menos buena”. Valerie, otra participante de la comisión, reconoce que “a veces es difícil hacer llegar el mensaje”, pero que poco a poco “van mejorando”.
Los niños separan los restos en tres contenedores —lo que no se puede aprovechar, lo que se puede comer y el agua— y anotan los datos en una cuadrícula para hacer seguimiento. A partir de estos resultados, participan en talleres y actividades pedagógicas para buscar soluciones. “En la escuela hemos llegado a tirar 70 kilos de comida a la semana y eso no puede ser porque en muchos países se pasa hambre”, añaden los alumnos. Fundesplai hace una valoración muy positiva de los resultados y subraya que el papel activo de los niños los convierte en “agentes de cambio”, como ya pasó con la sensibilización sobre el reciclaje.