Operación ‘Catalangate’: el fracaso del montaje independentista, tres años después

La activista Elies Campo, en representación de la Asamblea Nacional Catalana, impulsó una campaña de supuesto espionaje para presentar como víctimas a los responsables del 'procés'

Rueda de prensa en Bruselas del sanedrín independentista para denunciar el 'CatalanGate', al día siguiente de que lo publicara Citizen Lab

El 18 de abril de 2022, el colectivo canadiense Citizen Lab, vinculado a la Universidad de Toronto, subía a su portal de Internet un informe que tituló Catalangate. Amplia operación de software espía mercenario contra catalanes utilizando Pegasus y Candiru». En realidad, la operación que desvelaba este informe era la que hacía años que había puesto en marcha el mundo independentista vinculado al procés para presentarse como víctima de espionaje por parte del gobierno español. Que los servicios de inteligencia españoles espiaran a las personas y organizaciones que habían vulnerado la Constitución y proclamado la independencia de Cataluña era lógico. Los implicados en el procés, sin embargo, quisieron hacer creer que este espionaje no era contra ellos sino contra el independentismo en general.

Elies Campo, un experto en nuevas tecnologías sin titulación universitaria, fue el encargado de organizar el montaje. Haciéndose pasar por trabajador de Telegram aportó a Citizen Lab la información y los contactos necesarios para preparar el Catalangate. Una primera tentativa de crearlo después de que la empresa Whatsapp comunicara que había teléfonos móviles españoles afectados por una fisura en la seguridad del sistema fracasó e hizo quedar en ridículo al entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, que incluso publicó un libro sobre el supuesto espionaje que habría sufrido y que, finalmente, se demostró que no existió.

Campo, que se desplazó desde Estados Unidos donde vivía entonces a Barcelona para participar en el referéndum independentista de 2017, volvió a poner en marcha una segunda iniciativa que acabó con el Catalangate publicado por Citizen Lab en abril de 2022, según el cual los teléfonos móviles de 65 independentistas habían sido espiados por los servicios de inteligencia españoles con los softwares Pegasus y Candiru. Que Campo era quien coordinaba todo el operativo quedó en evidencia cuando Citizen Lab lo contrató el 28 de enero de 2022, tres meses antes de publicar el informe en su portal. La plataforma independentista Assemblea Nacional Catalana también había comprado tres meses antes el dominio catalangate.cat. Lo hizo el 10 de enero. La aparición del Catalangate en el portal de Citizen Lab y en el de la ANC fue simultánea. Al día siguiente, la plana mayor del independentismo convocaba una rueda de prensa en el Parlamento europeo para denunciar «la persecución» que sufrían. La operación largamente preparada salía a la luz pública.

El Catalangate de Citizen Lab estaba lleno de errores y de rincones oscuros. El propio director del equipo canadiense, Ronald Deibert, reconocía una de esas pifias al publicar en la web de la entidad que en el listado de afectados aparecía erróneamente Toni Comín como uno de los independentistas teóricamente espiados. Deibert dijo que uno de los investigadores de su equipo se había equivocado y que las iniciales T.C. con las que habían identificado a una de las personas supuestamente espiadas no correspondían al ex consejero de Salud huido a Bélgica. En el informe de Citizen Lab se han ido incorporando rectificaciones desde su publicación.

Con el apoyo de los medios de comunicación pro-independentistas -con TV3 y los digitales adictos al procés en cabeza- el Catalangate se convirtió en el «caso de ciberespionaje más grande jamás descubierto», según el portal de la ANC, que todavía incluye a Comín como uno de los espiados. Hace unos días, se filtraban los documentos de una investigación judicial en Estados Unidos por la denuncia de Whastapp contra NSO, la empresa propietaria de Pegasus, según la cual en dos meses del año 2019 se habían detectado 456 casos de espionaje con este programa en México, 100 en la India, 82 en Bahrain o 69 en Marruecos.

Muchos de los supuestamente espiados incluidos en el Catalangate han presentado demandas judiciales con suerte diversa en los juzgados. El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no aparece en el informe elaborado por Citizen Lab a instancias de la ANC y Elies Campo. El pasado mes de diciembre, Russia Today, uno de los medios fieles a Putin que dieron más apoyo al procés, recogía unas declaraciones de Puigdemont. «el Catalangate tendrá consecuencias más pronto o más tarde». Han pasado tres años. Una de las consecuencias principales es que Elies Campo continúa en nómina de los canadienses que sirvieron de puente necesario para la campaña de los procesistas y que se han negado sistemáticamente a que un equipo de expertos independientes analice cómo llegaron a las conclusiones de la Operación Catalangate.

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