En plena guerra comercial, con treguas, sin treguas o selectivas, dependiendo del pie con el que se levante el presidente norteamericano, Donald Trump, la Generalitat de Salvador Illa ha decidido incorporar a la administración catalana un nuevo idioma, el chino.
El Govern ha iniciado un proceso para traducir sus publicaciones oficiales al chino mandarín. La administración catalana difunde los documentos desde hace años en cuatro idiomas: catalán, castellano, aranés e inglés. Ahora se incorpora un quinto, el chino.
El nuevo idioma se estrena con el Pla del Govern para la decimoquinta legislatura, un documento de más de 115 páginas. El texto se divide en cinco ejes que el Ejecutivo denomina «prioridades» –prosperidad compartida, transición energética y verde, equidad social, buen gobierno y servicios públicos, y autogobierno y financiación– asociados a 35 objetivos.
Según los últimos datos del Departamento de Política Lingüística, correspondientes a 2023, el chino es la lengua de identificación de más de 20.000 personas que residen en Cataluña. Además, es una de las tres lenguas más habladas en el resto del mundo, con más de 1.000 millones de hablantes.