La sala de lo penal del Tribunal Supremo ha rechazado «por manifiesta irrelevancia penal» la querella que presentó el expresidente del Parlament Josep Costa contra la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que ordenó su detención en octubre de 2021 porque se había negado a declarar como investigado en una causa por desobediencia.
La resolución del Supremo ha considerado «sorprendentes, además de groseramente inconsistentes» los alegatos de Costa, de los que dice que «eluden cuestionar la clave» de la detención: que una primera incomparecencia del exdiputado de Junts fue «consciente y voluntaria». Además, ha tachado de «abusivo», en términos procesales, el hecho de que Costa haya apoyado su querella en un «relato fáctico paralelo a lo que realmente sucedió por iniciativa del recurrente».
En concreto, el Supremo ha señalado que la detención ordenada por el TSJC correspondía a una finalidad legítima, ya que Costa no alegó una causa justificada para evitar presentarse en los juzgados. Además, ha indicado que el exvicepresidente de la cámara catalana comunicó su intención de no ir y que, a diferencia del derecho a no declarar, no existe un derecho parangonable a no acudir a una citación judicial.
Como resultado, la sala de lo penal ha desestimado los motivos planteados en la querella de Costa sobre la presunta comisión por parte de la magistrada María Eugenia Alegret de los delitos de prevaricación y contra la inviolabilidad parlamentaria, en conexión con otro contra el ejercicio de derechos cívicos. El expresidente del Parlamento catalán también debe asumir el pago de las costas judiciales.