La Confederación General del Trabajo (CGT) ha acusado a la multinacional sueca H&M de «represión sindical» por el despido de la presidenta del Comité de Empresa, afiliada a la CGT, del centro de Atención al Cliente de H&M en Barcelona. Según los representantes de los trabajadores, el despido está relacionado con su «actividad sindical» y coincide con el periodo electoral, lo que «constituye una clara vulneración de la libertad sindical y un intento directo de interferir» en el proceso de elección de representantes.
En un comunicado, la CGT recuerda que «ha conseguido transformar las condiciones laborales en el centro», y que es el único sindicato que ha podido presentar lista electoral, con un apoyo mayoritario de la plantilla. Para la organización sindical, «este intento de despido es una estrategia deliberada para debilitarla»: «La empresa responde con represión al avance de la organización de las trabajadoras, que en los últimos años han impulsado huelgas, defendido sus derechos y conseguido mejoras laborales gracias a su capacidad de lucha colectiva», señala la CGT.
El sindicato exige la «paralización inmediata» del despido, la readmisión de la delegada sindical en caso de que se lleve a cabo y «el fin de la represión sindical que lleva años desarrollándose en H&M». De hecho, la CGT avisa de que cualquier acción que no sea la retirada de la propuesta de despido será impugnada por la trabajadora afectada y por el sindicato, y destaca que esta situación «no es nueva» en Atención al Cliente, ya que «la empresa acumula un historial preocupante de vulneraciones graves de derechos«.
Concretamente, la organización de trabajadores cita «dos sanciones por vulneración de derechos fundamentales», por no respetar el derecho a huelga; «dos sanciones adicionales por negarse a facilitar información a la representación legal de las trabajadoras»; «dos denuncias en curso, una por irregularidades en las contrataciones y otra por no respetar las pausas visuales obligatorias a personas que trabajan frente a pantallas»; y «dos conflictos colectivos abiertos»: uno por la prohibición del uso de teléfonos móviles en el centro de trabajo cuando los utilizaban «para grabar las presiones que sufrían para no secundar las huelgas», y otro por «la eliminación unilateral de un derecho adquirido por la plantilla».
En respuesta a las preguntas de EL TRIANGLE, H&M se ha negado a «comentar casos individuales relativos a nuestros/as compañeros/as» y se ha limitado a señalar que «ser un empleador justo y respetar los derechos de los representantes de los trabajadores es fundamental para nosotros como compañía».