Porque ha reconocido en una entrevista a El Mundo que se equivocó en 2017 cuando tomó partido claramente a favor del procés. Jordi Basté hizo esta reflexión cuando contestó una pregunta sobre si «el otoño de 2017 fue una buena época o una mala época». Su respuesta fue: «Fueron meses muy duros. Ibas a comer con unos y con otros y te sentías… uf! Era fascinante desde el punto de vista periodístico, pero también era agotador. Acabé exhausto. Además, muchos periodistas nos equivocamos. Me hubiera gustado ser el árbitro del partido y no lo fui, fui un jugador más. De hecho, creo que no hubo ningún árbitro».
El entrevistador le dijo que «no se significó abiertamente» y Basté reconoció que «se podía intuir mi opinión. Todo el mundo se significó, era muy difícil mantenerse neutral. Recuerdo que el día de autos pedí en mi editorial de las ocho de la mañana que Puigdemont convocara elecciones y eso me llevó a muchos problemas con el independentismo». Esta afirmación se contradice con lo que explica Antoni Puigverd en su libro «Ocell de bosc«, donde asegura que Basté participó en una comida con Carles Puigdemont poco antes de que proclamara la independencia. En este almuerzo, según Puigverd, también estaban Mònica Terribas, Antoni Bassas, Francesc-Marc Àlvaro, Pilar Rahola y él mismo. Explica que Puigdemont les pidió cómo le podían ayudar a proclamar la independencia y que él le dijo que no lo hiciera. En cambio, el resto de comensales estaban a favor, «aunque alguien no dijo nada», dice Puigverd.
En la entrevista de El Mundo, el periodista de RAC1 también afirmó que el proceso «está en stand-by. El independentismo ha perdido una batalla y hay una realidad política: ya no es una opción mayoritaria. El procés está parado y, por lo que intuyo, seguirá así unos años».
