«Si las LesBis* no somos parte de la investigación, es como si no existiéramos»

Cataluña lidera el proyecto L-Health, el primer estudio sobre la salud de lesbianas, bisexuales, pansexuales y mujeres heterosexuales que financia la UE

Rueda de prensa en Barcelona con una de las participantes del estudio y las coordinadoras del proyecto L-Health

La ciencia y los estudios sobre la salud han estado históricamente sesgados a favor de los hombres blancos cis heterosexuales, mientras que las mujeres y el colectivo LGTBIQ+ han sido discriminados, invisibilizados o directamente excluidos de los estudios. Este contexto ha causado que todavía haya una importante falta de datos científicos sobre la salud de las mujeres y de este colectivo, lo que afecta a su derecho a la salud, un derecho fundamental reconocido en el artículo 43 de la Constitución española.

Esta ausencia de información ha motivado el primer proyecto de investigación europeo, liderado desde Cataluña, sobre la salud de lesbianas, bisexuales, pansexuales y mujeres heterosexuales que mantienen relaciones afectivosexuales con otras mujeres, un colectivo que el proyecto, que lleva por nombre L-Health, llama LesBis*. El objetivo es identificar las desigualdades en salud y en la atención primaria que las afectan y, después, diseñar una formación para profesionales sanitarios para mejorar la práctica clínica que reciben las LesBis* en la atención primaria.

«Si las mujeres somos poco conocidas en medicina, las LesBis* aún menos», señala Anna Ponjoan, coordinadora del proyecto L-Health e investigadora del Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol) y del Instituto de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (IDIBGI). «La falta de datos hace que no exista la evidencia científica necesaria para que la práctica clínica sea buena, ya que a los y las profesionales les falta información», añade.

En cuanto a las causas de esta escasez de información, Constanza Jacques-Aviñó, investigadora del IDIAPJGol y también coordinadora del L-Health, apunta a EL TRIANGLE que «históricamente no ha sido de interés nadie que no forme parte de la hegemonía». La hegemonía, explica, «suele ser un hombre blanco, heterosexual, cis, y de una clase media o alta», y todo lo que ha formado la investigación históricamente «ha negado la participación y la pregunta y búsqueda de otros tipos de personas que no forman parte de esta hegemonía».

La falta de datos, sumada a la lesbofobia estructural así como al poco interés por investigar la salud de las LesBis* hace que estas mujeres no reciban una atención médica adecuada a sus necesidades, tal y como muestran los resultados preliminares del estudio. De hecho, en el ámbito de la atención primaria, las mujeres participantes en el estudio afirman que hay una falta de información y de formación de los profesionales, así como de interés para investigar lo que no pueden responder. También tienen la sensación de tener que hacer pedagogía hacia los profesionales y piden poder recibir atención sanitaria sin sufrir juicios ni ser culpabilizadas.

«Sabemos que la falta de información sobre nuestra salud no es casualidad. Si no estamos en los estudios, si no formamos parte de la investigación, es como si no existiéramos«, destaca una de las participantes del estudio, que explica, desde el anonimato, que una de las barreras a la que se debe enfrentar en las consultas médicas es la presuposición de que es heterosexual, lo que causa «incomodidad» por tener que aclarar a una persona desconocida la orientación sexual.

Según la investigadora Jacques-Aviñó, la invisibilización de las LesBis* se mantiene porque «hay intereses» e «ideología», y en ciencia, «de alguna manera, se reproducen las estructuras de poder clásicas, como pueden ser el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Como quienes han sustentado la ciencia han formado parte históricamente de estos modelos, no ha interesado todo lo que sea cuestionador de este statu quo«.

En este sentido, Vanessa Puig, investigadora de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), añade que «el sistema biomédico o de atención primaria está dentro del sistema cis etnopatriarcal, que es androcéntrico y, por tanto, ha anulado e invisibilizado a las mujeres, que es una parte muy importante de nuestra población de estudio». «Además, está dentro de un sistema que es binario y que, por lo tanto, también ignora las disidencias de género, y es un sistema heteronormativo. Tenemos las tres cosas a la vez que hacen que, obviamente, una parte de la población sea invisible a sus ojos», añade.

Otra de las causas de la ausencia de estudios sobre la salud de las LesBis* es la falta de financiación para llevarlos a cabo. Según explica Ponjoan, una de las coordinadoras del proyecto, «la estructura actual hace que haya una falta de convocatorias específicas de salud LGTBIQ+», de manera que no hay opciones de que este tipo de proyectos sean financiados «porque no hay este tipo de convocatorias». Si presentan las propuestas en convocatorias no específicas, añade la investigadora, «es mucho más difícil que sean seleccionadas y financiadas, justamente porque la estructura y el propio personal que evalúa las considera quizás poco relevantes».

«Es un pez que se muerde la cola: si no tenemos financiación, no podemos hacer estudios y, por lo tanto, no podemos generar una evidencia científica que sustente una práctica clínica de calidad, lo que afecta directamente a la salud de las LesBis* porque a muchos de los y las profesionales les falta información», manifiesta Ponjoan, que alerta de que «como la práctica clínica no se puede sustentar en una evidencia científica sólida, difícilmente será la adecuada», lo que afecta al derecho a la salud.

Tres líneas de investigación

Según explican las investigadoras del L-Health, el proyecto sigue tres líneas de investigación: un estudio cualitativo, que consistirá en entrevistas grupales a LesBis* y a profesionales de la atención primaria; un estudio cuantitativo, con una metodología de encuesta en cadena online que se hará llegar a LesBis* y que, una vez completada, cada participante podrá enviar a tres LesBis* más que conozca; y un estudio con metodologías participativas, basado en una perspectiva feminista e interseccional y con una diversidad de perfiles de LesBis*.

«Es fundamental que las LesBis* no solo sean objeto de estudio, sino protagonistas activas en la construcción de un sistema sanitario más equitativo», destaca Jacques-Aviñó. Posteriormente, en una segunda fase del proyecto, la ONG Sida Studi diseñará de manera participativa una formación piloto para profesionales de la salud y de la atención primaria para mejorar sus competencias. De esta manera, L-Health busca tener un impacto más allá del ámbito académico y reducir las barreras de las LesBis* para mejorar su salud.

El proyecto L-Health se realiza entre 2024 y 2026 y pretende, además de recopilar datos, transformar los resultados en herramientas prácticas. Estas herramientas incluirán materiales formativos para sensibilizar al personal sanitario y mejorar su práctica clínica, con el objetivo final de fomentar una atención primaria más inclusiva. Para llevar a cabo el proyecto, financiado con fondos de la UE, han sumado esfuerzos el IDIAPJGol, el EuroCentralAsian Lesbian* Community, la ASPB, la ONG Sida Studi y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI).

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