Podemos votará «radicalmente» en contra del proyecto de ley del PSOE y de Junts para la delegación de competencias en inmigración a la Generalitat de Catalunya, y ni siquiera presentará enmiendas al texto porque consideran que es un acuerdo para «descentralizar el racismo» y que «con los derechos humanos no se negocia». Este es el mensaje que ha transmitido este miércoles el coportavoz de la formación Pablo Fernández en varias entrevistas radiofónicas, en las que ha afirmado que Junts es un partido «racista» y que la propuesta que ha llegado al Congreso «compra marcos de la extrema derecha» cuando relaciona la inmigración con «una amenaza a la identidad y a la lengua catalana».
Los votos de Podemos son imprescindibles para que el proyecto de ley orgánica pueda prosperar en el Congreso, donde necesitará una mayoría absoluta (176) de votos favorables. No obstante, Fernández ha dejado claro que el voto de su formación será negativo y que el partido tampoco está dispuesto a sentarse con los grupos para abordar modificaciones al texto.
«Nosotros creemos que este es un acuerdo que normaliza y legitima el racismo institucional», y que «Junts es un partido racista abiertamente antiinmigración», ha manifestado el portavoz de Podemos, que ha señalado que, en lugar de impulsar esta delegación de competencias, «hay que cerrar los centros de internamiento, prohibir devoluciones en caliente, prohibir batidas racistas y aprobar la regularización extraordinaria de medio millón de inmigrantes que hace un año que está aparcada en el Congreso».
Fernández también ha acusado al gobierno del PSOE de aplicar una política migratoria que «vulnera derechos humanos», recordando los hechos de la valla de Melilla, o el pacto entre socialistas y populares en la Unión Europea «aplaudido por Meloni».