El podcast La Sotana, una tertulia deportiva semanal, existe gracias a los patrones que ponen dinero en él. Tiene 4.800 que aportan unos 10.700 euros cada mes. Hay tres categorías de patrones, en función de si aportan 4, 8 o 20 euros al mes. Entre las ventajas que se les ofrece es acceder al programa antes de que se emita en abierto, asistir de público en su realización, recibir una camiseta o una caja de cervezas o tener un descuento en actos que organice el programa. La empresa que gestiona el negocio se llama Anatos Produccions. En las tertulias de La Sotana participan cuatro humoristas: Joel Díaz, Andreu Juanola, Manel Vidal y Magí García. Los cuatro cobran por su intervención como presentadores, colaboradores, tertulianos o guionistas de diferentes programas de 3cat.
La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) prohibió a Manel Vidal que interviniera vestido con una camiseta de La Sotana en el programa Zona Franca de TV3 cuando hacía una sección semanal en él. Eso ocurrió en noviembre de 2022. El uso de TV3 y Catalunya Ràdio para promocionar La Sotana ha continuado a pesar de esta prohibición.
Joel Díaz no aparece con la camiseta de La Sotana que utilizó Manel Vidal -donde se leía ‘Puta España’ escrito de forma desordenada- pero el programa APM? en el que hace entrevistas semanales hizo publicidad de su negocio privado el pasado 23 de febrero. El APM? de ese día dedicó un minuto a hacer promoción de La Sotana incluyendo su careta de entrada y salida. El gag en el que se utilizaron las imágenes de este podcast, se supone que gratuitamente, consistía en sustituir al invitado que habían tenido en un programa anterior por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en un montaje que aprovecharon para burlarse de él y desacreditarlo.
Ni Illa ni los socialistas son santos de la devoción de los cuatro integrantes de La Sotana, autodefinidos como independentistas y que han gritado a menudo ‘puta España’ en el programa. La última ocasión en que insultaron con este improperio a los catalanes a los que no molesta ser considerados españoles fue en el villancico que cantaron los cuatro en estas últimas fiestas de Navidad.
La Sotana ha superado ya los diez años de existencia y los 360 programas. Se puso en marcha en 2014 en Ona Sants y vivió dos etapas en las que fue contratado por Radio Barcelona y betevé. En ambos casos, las empresas suspendieron el contrato con el programa por sus burlas e insultos a diferentes personas. De betevé los expulsaron por burlarse del piloto Isidre Esteve que había quedado parapléjico en un accidente de moto.
La ausencia de un contrato con una empresa de comunicación la sustituyó La Sotana organizando un sistema de mecenazgo mediante patrones, que es lo que ha permitido su continuidad. Con estos ingresos pueden hacer frente a los honorarios de los que lo hacen, el alquiler del espacio donde lo realizan las noches del lunes, el BCN Media HUB y otros gastos técnicos. Han conseguido el apoyo de algunas marcas de cerveza que han ido cambiando con el paso de los años. También consiguen ingresos gracias a los bolos que hacen por diversos teatros y centros culturales de Cataluña. El último lo hicieron el pasado 27 de febrero en el espacio Paral·lel 62, en Barcelona. La entrada costaba 16 euros.
El apoyo de TV3 y Catalunya Ràdio al negocio de La Sotana es constante, amparado en la presencia de sus integrantes en los diferentes programas de estos medios. El pasado mes de junio, Revolució 4.0, de Catalunya Ràdio, les otorgó un premio como «iniciativa emprendedora». Los pasados 29 y 30 de enero, Magí García, que es colaborador de Està passant de TV3, fue presentado como miembro de La Sotana en El búnquer, también de Catalunya Ràdio. «¡Lo petan y, ¡qué caramba!, hacen reír», exclamó Neus Rossell, una de las presentadoras de El búnquer.
Lo que no había pasado hasta ahora es que un programa de TV3 en el que participa uno de los miembros de La Sotana le dedique un minuto y aparezca él mismo burlándose del presidente de la Generalitat y haciendo difusión del podcast. Lógicamente, para captar nuevos patrocinadores es una estrategia perfecta. Que sea legal ya es más dudoso.