El juzgado de lo penal 2 de Lleida ha condenado a un campesino por colocar un raticida en fincas que son propiedad de su hijo con el objetivo de reducir la población de conejos que ocasionaban importantes daños a los cultivos.
El uso de este producto, prohibido en exteriores, supuso la muerte de numerosos conejos de bosque y de varias aves protegidas como un milano real y tres águilas comunes, en los años 2020 y 2021, y supuso un riesgo de contaminación, según la sentencia que han difundido entidades ecologistas.
El tribunal ha condenado al agricultor por un delito relativo a la protección de los animales a pagar 720 euros de multa y a indemnizar a la Generalitat con 3.500 euros. Además, le ha impuesto un año de inhabilitación para cazar.
Algunos colectivos ecologistas siguen reclamando poder hacer uso de biocidas como el fósforo de aluminio en los campos para controlar la plaga de conejos. Actualmente, sin embargo, el uso de este producto tóxico está permitido únicamente en márgenes de carreteras o de otras infraestructuras como balsas o puentes.
El Gobierno catalán mantiene activada la emergencia cinegética por la sobrepoblación de conejos de bosque en la plana de Lleida y ha intensificado las batidas. Según el Departamento de Agricultura, los equipos desplegados sobre el terreno capturaron en enero 4.489 ejemplares, el triple que en diciembre.