Tierras raras y materiales críticos: el peso de la geopolítica

Hace pocos meses poca gente había oído hablar de las tierras raras y de los materiales críticos. Para el común de la gente, exceptuando cobalto y plutonio por las obvias razones de lo nuclear, la mayoría de los minerales que forman parte de los nuevos gadgets o equipamientos, sean teléfonos móviles o placas fotovoltaicas, son unos perfectos desconocidos.

Pero la realidad es otra. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología y la transición energética, las tierras raras y los materiales críticos se han convertido en estratégicos. Estos elementos, esenciales en sectores como la electrónica, las energías renovables y la defensa, tienen una extracción y suministro con repercusiones geopolíticas de alta sensibilidad, lo que los convierte en una preocupación para la seguridad económica e industrial convirtiéndose directamente en motivo de disputas y mercadeo, como lo está demostrando Trump.

De este personaje se puede decir muchas cosas, pero hay una que hay que destacarle: cómo introduce temas en la agenda pública. En una técnica claramente negociadora como si fuera un empresario inmobiliario (sic) que ha pasado de recibir a Zelenski a considerarlo un dictador (o casi) y ponerle precio a su nueva alianza con las tierras raras. De hecho, es un tema que, insistimos, no estaba en la agenda general y ahora todo el mundo escribe y habla del tema.

El posicionamiento representa varias jugadas: cómo se cobrará lo que ha aportado, cómo disputará en China la hegemonía– siendo China un gran acaparador y explotador de estas materias – hasta una advertencia a Putin, «Ucrania no será toda tuya porque ahora tengo yo también intereses allí». Como siempre, táctica negociadora de «la oferta caduca mañana, más vale que la coja».

Ahora bien, ¿Qué son las tierras raras y los materiales críticos?

Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos que tienen propiedades magnéticas, catalíticas y luminiscentes excepcionales. Se utilizan en motores eléctricos, turbinas eólicas, pantallas LED, baterías, etc. Aunque su nombre sugiere escasez, en realidad se encuentran en abundancia, pero su extracción y refinamiento son costosos y muy problemáticos y contaminantes.

En cambio, los materiales críticos incluyen una serie de minerales y metales fundamentales para la tecnología moderna y la industria, especialmente la nuclear y la militar. El cobalto, el litio y el tungsteno son considerados críticos por su papel en baterías recargables, equipos electrónicos y el renacimiento de la industria nuclear.

Geografía de la producción y geopolítica de la provisión

La mayor parte de la producción mundial de tierras raras proviene de China, que controla aproximadamente el 60-70% de la oferta global y hasta un 90% de la explotación. Esta dependencia ha generado tensiones geopolíticas, especialmente entre China, Estados Unidos y la Unión Europea, y ha motivado iniciativas para diversificar las fuentes de estos materiales.

Los materiales críticos también son una herramienta de presión en las relaciones internacionales. China ha utilizado su posición dominante para influir en la política exterior y comercial, restringiendo la exportación de tierras raras en momentos de tensión diplomática. Estados Unidos y la Unión Europea han respondido con políticas para asegurar el suministro de estos materiales, incluyendo la creación de reservas estratégicas, el fomento de la minería local y el reciclaje.

Además, el control sobre las cadenas de suministro se ha convertido en un tema clave en la competencia tecnológica global, con inversiones estratégicas para reducir la dependencia y garantizar la disponibilidad de estos recursos.

Pero debemos tener presente que la extracción de tierras raras y materiales críticos genera graves problemas ambientales, como la contaminación por metales pesados y la producción de residuos radiactivos. Además, el consumo creciente de estos elementos hace urgente la investigación en reciclaje y sustitución por alternativas más sostenibles basado en la economía circular.

La sacudida geopolítica de la irrupción trumpiana como elefante en cacharrería exige un posicionamiento diverso y original centrado en el desarrollo de tecnologías más eficientes, junto con la creación de cadenas de suministro más diversas y sostenibles. Una mayor investigación en nuevos procesos de extracción menos contaminantes y en materiales alternativos también será clave para garantizar una transición energética y digital sostenible.

Como se decía al principio: un nuevo tema para la agenda mundial. No tenemos dudas del papel disruptivo y provocativo de Trump, pero es necesario, a la vez, pensar más proactivamente desde Europa por no tener solamente políticas reactivas que condicionarán la agenda propia si no se promueven políticas anticipatorias e innovadoras.

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