La apariencia de pufo al más puro estilo Barça Studios es lo que simula ser la comercialización de los asientos VIP con los que Joan Laporta pudo medio engañar a LaLiga para conseguir el regreso a la norma 1:1 el día 3 de enero pasado. Un éxito tan efímero como lo puede acabar siendo la esperpéntica inscripción de Dani Olmo, aun sujeta a la provisionalidad de una medida político-cautelar directamente ordenada desde la Moncloa y revisable por un tribunal contencioso-administrativo ante el que Javier Tebas ha presentado un recurso solicitando su anulación. También ha tramitado las correspondientes alegaciones ante el CSD en las que revela, además de ratificar-se en la exclusiva competencia de LaLiga y la RFEF para otorgar licencias, un posible defecto de forma ahora que ha podido analizar más a fondo ese ingreso de 28 millones a partir del cual podría considerarse uno superior de 100 millones por la operación de los asientos de última hora.
En LaLiga, aunque dieron inicialmente por aceptable la certificación del ingreso, no descartan una revisión a la luz de los informes que, con posterioridad, han podido vincular oscuramente su origen con una sociedad que ya era un proveedor del club en el ámbito de las telecomunicaciones y que, de pronto, aparece como la compradora de los derechos de un porcentaje de asientos VIP. Esta es una tipología de negocio del todo ajena a su naturaleza y presunta actividad, tanto como su anterior contrato como responsable del desarrollo de la cobertura de internet 5G del futuro Espai Barça, de la mano de Orange. Este servicio fue otorgado a dedo por Laporta una vez tuvo apalabrado el acuerdo tecnológico con Orange, imponiendo a New Era Visionary Group, la empresa ahora investigada, como una especie de intermediaria.
El caso es que como resultado de poner la lupa en la venta de los asientos VIP se sabe que, aunque New Era Visionary Group LLC, la matriz de la sociedad inscrita en uno de los Emiratos Árabes Unidos, Ras Al-Khaimah, ha sido presentada como un líder mundial en las telecomunicaciones, tiene su sede en un coworking y la filial en España aparece registrada en un domicilio particular del distrito barcelonés de Sant Andreu, fundada hace unos meses con un capital de 3.000 euros. Y a pesar de eso, a primeros de enero y de la noche a la mañana tuvo la capacidad de transferir al FC Barcelona 28 millones y de firmar un compromiso de abonar 42 millones más en 2026. Curiosamente, New Era Visionary Group no pudo presentar, en cambio, un simple certificado de solvencia como le pedía LaLiga a Laporta.
A la luz de estas circunstancias, LaLiga se plantea rectificar el criterio de admitir como un ingreso extraordinario de 100 millones para esta temporada 2024-25 y, sobre la base de su naturaleza y la sospecha de que Laporta le haya presentado un artilugio financiero como Barça Studios, prorratearlo a lo largo de los años de contrato, 30 a partir de que el Spotify se encuentre cien por cien operativo.
Las fuentes periodísticas que han empezado a recoger esta posibilidad ofrecen solvencia y dan por hecho que LaLiga redistribuirá estos 100 millones en 30 años aplicando un principio de prudencia y para evitar la tentación de que Laporta siga inventándose negocios que, en el fondo, no dejan de ser un adelanto de comercialización a futuro por más que desde la junta azulgrana, amparada en el informe de la comisión económica, se haya intentado camuflar de otra forma con el argumento de que no está en juego el precio base de la venta de los asientos, solo el margen de beneficio. LaLiga sospecha que desde el principio se trata de un ardid laportista para salir del atolladero en el que se metió voluntariamente el día que fichó a Dani Olmo sabiendo que no disponía del margen salarial suficiente.
La consecuencia sería que el FC Barcelona volvería quedarse sin fair play financiero para fichar, dejaría de estar en la regla 1:1 a partir de 1 de julio, aunque de hecho ya no lo está porque le debe a su plan de viabilidad las ampliaciones de contrato de Araujo, Pedri, Gavi, Cubarsí y otros, y el grueso del fichaje de Hansi Flick. Es decir, antes del 30 de junio debe compensar este exceso, pues el 1:1 no significa barra libre, sino la posibilidad de invertir en masa salarial el neto de traspasos, reducciones de salarios y el beneficio de operaciones extraordinarias. Con el dinero de New Era Visionary Group LLC solo se recuperaba el nivel 1:1, por ese motivo Laporta no ha podido acudir al mercado de invierno.
Al contario, necesita generar beneficios para no volver a ese margen salarial excedido que le limitaría el porcentaje para fichajes al 40% o el 50% del neto obtenido, por ejemplo, de un eventual traspaso como el de Araujo, con el que Laporta cuenta.
De otro modo, le será imposible equilibrar esa deuda contraída con el rigor presupuestario que le impone LaLiga para hacer frente al coste de la nómina y mucho menos hacerle sitio al fichaje estrella de la próxima temporada, la mejora de contrato de Lamine Yamal que, si no es efectiva antes del 31 de diciembre de este año, a la estrella azulgrana le permitiría negociar con otros clubs a partir del 1 de enero de 2026 y quedar libre el 30 de junio del año que viene.