El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha afirmado este martes ante la comisión de Justicia del Senado que borró los mensajes de sus dispositivos tras su imputación por parte del Tribunal Supremo para proteger su «intimidad» y también los datos confidenciales de terceros de que dispone por el cargo que ocupa.
García Ortiz también ha justificado su decisión de no dimitir. Según ha apuntado, aunque personalmente le sería más cómodo renunciar al cargo, «estaría haciendo una concesión a los delincuentes y a otras personas». «Yo no me aferro a un cargo, sino que creo en la institución que defiendo, y por eso me quedo», ha sentenciado.
En una comparecencia en la que ha recibido fuertes críticas por parte de las portavoces del PP y de Vox, García-Ortiz ha admitido que se encuentra en una situación «incómoda» porque como fiscal general no puede responder a los «ataques personales y profesionales durísimos» de los grupos de la oposición.
Ha recordado que ahora no puede detallar cuestiones del procedimiento judicial que le afectan, pero que «ni huye ni se esconde», sino que dará las explicaciones «en el momento en que lo entienda oportuno y cuando lo pueda hacer».