De pronto, como si se hubieran dado instrucciones a los medios, la posibilidad de que el Barça cobrara el 20% del traspaso de Nico González al Manchester City, vía Oporto, se convirtió en una especie de celebración del entorno laportista azulgrana sin precedentes, acompañada de grandes elogios y felicitaciones a las figuras de Deco y de Joan Laporta. Nadie más avispado que ambos para sacar dinero de debajo de las piedras, según la prensa laportista.
La cláusula de rescisión de Nico González en el Oporto, íntegramente pagada por el City para suplir la baja de larga duración de Rodri, Balón de Oro 2024, ha sido de 60 millones, de los cuales 40 millones serán el beneficio neto de la operación para el club portugués que, a diferencia del propio Barça, confió en el enorme talento del canterano cuando lo fichó en el verano de 2023.
Su traspaso al Oporto se cerró por 8,4 millones, una opción de recompra por 30 millones en 2024 y 2025, y el 40% de los derechos de una venta futura. Eso fue lo que filtró la directiva, de modo que rápidamente se especuló con un ingreso de 24 millones por la operación del City. Al final, sin embargo, el propio Oporto hubo de desmentir esa cifra que se ha reducido a 13,5 millones.
Está claro que quien ha jugado mejor que nadie sus cartas ha sido el Oporto, primero aprovechando la pésima visión desde Barcelona sobre el futuro de Nico y luego poniéndole una cláusula bastante más inteligente que los 1.000 millones de Ansu Fati.
Nico González salió por la puerta atrás a pesar de haber demostrado una enorme calidad en su puesto como más que posible sucesor de Sergio Busquets, pero ni Deco ni Xavi confiaron realmente en darle confianza, procurándole una salida rápida y, como se ha visto, con una valoración baja para sus expectativas y para su edad, pues ahora llega al City con 23 años después de haber sido un jugador clave y destacado en el Oporto.
Y en todo caso, a quien se debe felicitar de nuevo es a los formadores y responsables de la Masía que lo trajeron de muy joven a Barcelona para convertirlo en un futbolista de enorme dimensión, a esos responsables que en su día también ficharon a Balde, Gavi o Lamine Yamal, y a los que Laporta despidió nada más volver al palco en 2021. ¿Tan plausible ha sido la gestión de su definitiva desvinculación?
La verdad es que, por ejemplo, habría salido más barato repescarlo que fichar a Dani Olmo, y desde luego parece que más acertado y rentable que el otro gran fichaje de Deco, Vítor Roque.