El propietario de la Casa Orsola, Albert Ollé ha destacado que «se ha impuesto la responsabilidad, el sentido común y el respeto», unos elementos «indispensables para dialogar y alcanzar acuerdos» y para «garantizar los derechos de todos o una buena convivencia cada día».
«Estos elementos, que para mí son los valores que han guiado mi trayectoria, no han estado siempre presentes durante los últimos tres años con la Casa Orsola», ha añadido Ollé en un comunicado, en el que carga contra el Sindicat de Llogateres asegurando que la voluntad de la entidad «no ha pasado nunca por alcanzar ningún acuerdo y encontrar soluciones para cada uno de los vecinos». «Esto es lo que esconden detrás de su máscara: la imposición como finalidad y la violencia como estrategia», añade.
Horas después de que el Ayuntamiento de Barcelona anunciara el acuerdo para la compra del edificio por 9,2 millones de euros, junto con Hábitat 3, Ollé ha defendido que el talante de la propiedad del edificio ha sido «extender la mano, dialogar y buscar soluciones con todas aquellas personas que así lo han manifestado y que lo han hecho desde el respeto».