La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha presentado en el Ateneu su nueva Hoja de ruta 2025, avalada por un 83% de los socios que la han votado telemáticamente este mes de enero. Sin entrar en el contenido del documento ni hurgar en la perplejidad que provoca la intención de alcanzar la independencia «de aquí a tres años», llama la atención la baja participación. La ANC declara que tiene casi 100.000 socios, entre simpatizantes y socios de pleno derecho, de los que sólo alrededor de 2.500 han ejercido su derecho a voto. Las cifras hablan por sí mismas.
Creada en 2012, la Assemblea se convirtió en el motor principal de las movilizaciones del proceso independentista. Su fundación supuso un punto de inflexión en la sociedad catalana. Con el apoyo de Òmnium Cultural, organizó manifestaciones masivas que situaron al movimiento independentista en el centro de la agenda política. La fuerte colaboración entre la sociedad civil y los partidos políticos independentistas, con una estrategia común, culminó con el referéndum del 1 de octubre de 2017.
Durante este periodo, la Assemblea ejerció un liderazgo determinante. Pero, tras el 1-O, la progresiva desmovilización ciudadana la ha situado en un lugar aún por definir. La entrada del movimiento independentista en una etapa de desorientación, las diferencias estratégicas entre Òmnium y la ANC, la fragmentación entre los partidos independentistas y el cansancio de la población, entre otras razones, han ido dificultando de manera progresiva su capacidad de influencia entre la ciudadanía.
La muy baja participación de los socios en consultas fundamentales, como la nueva estrategia de la entidad, muestra que su capacidad para adaptarse a un escenario político complejo es muy limitada. El futuro más inmediato de la ANC depende de su capacidad de entender las nuevas necesidades de la sociedad catalana. Sin embargo, su estrategia actual, que pasa por intensificar su discurso de confrontación frontal con el Estado y con el actual Gobierno de la Generalitat, no parece ser la mejor opción.
