El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el consejero de la Presidencia del gobierno catalán, Albert Dalmau, han pedido este martes dejar trabajar al Síndic de Greuges de Barcelona para hacer el trabajo de mediación entre los vecinos de la Casa Orsola y la propiedad. Collboni ve una buena noticia la mediación y que se haya pospuesto el posible desahucio del primer vecino, y por ello pide «tiempo y confiar en la mediación».
Una vez se hayan propuesto alternativas, como podría ser la compra de la finca por tanteo y retracto por parte del consistorio, Collboni ha dicho que el ayuntamiento las estudiará para encontrar «la mejor solución para los inquilinos que ahora viven ahí». Dalmau también ha pedido que no haya «ruido» en torno a las conversaciones de mediación del Síndic.