Un excolaborador de Junts ha denunciado al exconsejero Toni Comín por acoso sexual y psicológico, según ha avanzado La Vanguardia, unas acusaciones que Comín ha negado. En un comunicado, el también vicepresidente del Consell de la República ha avisado de que emprenderá las «acciones necesarias» para demostrar su honorabilidad e inocencia así como «corrección» en su comportamiento. «Habrá que valorar en qué medida esta denuncia contra mí puede ser un delito de odio por homofobia», ha indicado, señalando la «coincidencia temporal» de la «falsa denuncia» con su candidatura para presidir el Consell de la República.
Según el medio citado, el denunciante, que trabajó durante unos siete años para el grupo de Junts en Bruselas, relata tocamientos, insinuaciones, interrogatorios sobre la vida sexual con su esposa y propuestas de tríos con otro hombre. También detalla malos tratos de carácter laboral, con broncas repentinas y aleatorias y amenazas de despido. Además, aporta los nombres de media docena de personas que están dispuestas a declarar.
El informe, presentado ante el Comité Consultivo del Parlamento Europeo, expone que en los inicios de su colaboración profesional, la búsqueda del contacto físico por parte de Comín era esporádica, pero fue creciendo a lo largo de los meses, llegando a momentos insoportables. El diario citado señala también que una fuente de Waterloo detalla la tendencia del exconsejero al contacto físico, hasta el punto de incomodar al propio líder de Junts, Carles Puigdemont.
La denuncia relata que la situación más tensa se produjo en la casa que el entonces eurodiputado alquiló en Paçà (Rosellón), un inmueble que Comín arrenda habitualmente y donde tuvo lugar el encuentro antes de las elecciones europeas, entre el 3 y el 7 de junio. El entonces eurodiputado convocó a dos asesores parlamentarios y a un trabajador del Consell, y también estaba su hermana Betona.
El denunciante detalla varios reproches y la invasión de la intimidad del denunciante, utilizando su baño y su toalla de ducha. Al final de alguna de las jornadas de trabajo, Comín se personó en su habitación bajo el pretexto de darle un beso de buenas noches. En otra ocasión, además, entró sin permiso en su habitación mientras se estaba vistiendo y se le quedó mirando.
El denunciante expuso la situación personal a Puigdemont, que le expresó su apoyo, pero ni él ni Junts abrieron ninguna investigación interna.
La versión de Comín
«Algunos de los hechos a los que hace referencia la noticia se refieren, de manera completamente tergiversada, a bromas y comentarios más o menos oportunos, en el marco de una relación de confianza y amistad construida durante el mandato», se ha defendido Comín, que ha mostrado «plena confianza» en la investigación de Comité Consultivo del Parlamento Europeo.
Según el relato del exconsejero, el denunciante le pidió insistentemente desde 2018 poder colaborar con su equipo en el Parlamento Europeo y accedió a que participara en reuniones de coordinación semanales y que le apoyara en las actividades relacionadas en el ámbito de la salud. No obstante, concreta que el denunciante no ha sido asistente suyo ni ha tenido ningún vínculo legal con él mientras ha sido eurodiputado, de manera que, según dice, nunca ha tenido la potestad de despedirlo.
Comín también ha asegurado que nunca ha invadido la intimidad del denunciante y ha explicado que la casa donde se instaló el equipo de campaña el pasado mes de junio solo tenía una ducha, que estaba dentro de la habitación que ocupaba el denunciante. Por este motivo, ha dicho, las personas instaladas tenían que acceder a la ducha a través de su habitación.