Lo constató con satisfacción el director de cine de El orfanato, The Impossible, Un monstruo me viene a ver, Jurassic World: El reino caído o La Sociedad de la nieve, entre otros, J.A. Bayona, cuando le tocó entregar uno de los premios grandes de los Gaudí, a finales de la gala: «está quedando una noche bastante charnega». El comentario venía de la arenga hecha instantes antes por el guionista Eduard Sola, galardonado por la Casa en llamas, en la que se reivindicó como «orgullosamente charnego». «Si mi abuelo era analfabeto y yo me dedico a escribir, es porque algo ha pasado, y eso se llama progreso», dijo emocionado Sola al recoger el premio, para seguir recordando que si algo así era posible, lo era gracias a la escuela pública y la migración.
Al día siguiente de la gala, las redes sociales bullían —las redes siempre bullen, de hecho—. La Aliança Catalana de la Neus Orriols es quien más hizo hervir la olla, escribía en X —antes Twitter—, acompañado de un vídeo con la alocución de Sola: «Lamentamos que la gala de los Premios Gaudí de anoche se convirtiera en un escenario de catalanofobia, defensa de las okupaciones y retórica pro-Hamás, todo financiado con el dinero de los contribuyentes catalanes. Eso no es cultura, es propaganda al servicio de los enemigos de Cataluña. Reivindicamos un cine catalán y en catalán, de calidad y sin sesgo woke» —los de Orriols se refieren también a otras reivindicaciones hechas a lo largo de la gala—. Por otra parte, no fueron solo ellos quienes se refirieron —injustamente (a criterio personal)—, al discurso de Sola en términos de «catalanofobia».
Al día siguiente del día siguiente, Sola se excusaba: «Quizás soy yo que no me he sabido expresar…», pero aseguraba que sus intenciones estaban lejos de las interpretaciones que se han acabado generando; aventurando que, «sin duda», «la clase baja no está incrustada únicamente en el charneguismo, sino que se ha pasado hambre en toda Cataluña». Por ello, matiza que él «quería apelar a que, o hacemos todos juntos una Cataluña mejor, o no lo haremos». Sobre el uso del término charnego, el guionista ha afirmado que «se ha superado el término como insulto en referencia al origen, pero queda una herida que parte de cualquier persona que se desplaza de un lugar a otro y que pasa hambre». Por este motivo —dice— «vale la pena resignificar esta palabra y celebrar la emigración, el avance y el progreso».
Yo pienso que Sola se supo expresar bastante bien la noche de los Gaudí; en todo caso, demasiado bien, incluso. A mi entender, Sola consiguió resumir en dos minutos lo que algunos parece que no son capaces de entender en toda una vida.