Ha culminado la construcción del túnel Shengli de Tianshan, el más largo del mundo por autopista, que allanará así el camino para la apertura de una nueva vía más rápida para conectar las zonas sur y norte de la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China. Una vez en operación, el túnel, de 22,13 kilómetros de largo, reducirá de unas cuantas horas a solo unos 20 minutos el tiempo empleado para atravesar la sección central de las montañas Tianshan.
Este es un proyecto clave de la autopista Urumqi-Yuli, que se extiende desde Urumqi, la capital regional, situada en el norte de Xinjiang, hasta el distrito de Yuli, en el sur de la región. Una vez conseguida la perforación de esta colosal infraestructura, se espera que la vía esté totalmente terminada y abierta al tráfico este mismo 2025. Gracias al nuevo túnel, el tiempo de conducción entre ambas localidades disminuirá de las siete horas actuales a poco más de tres.
Vía rápida entre norte y sur
La región de Xinjiang ocupa una sexta parte del área terrestre total de China. Su zona del norte y meridional están separadas por las montañas Tianshan, que se extienden 2.500 kilómetros de este a oeste, formando una barrera natural enorme.
Qadir Abliz, un camionero de Urumqi que realiza viajes regulares entre el norte y el sur de las montañas Tianshan, explica que es normal que en invierno la calzada de las serpenteantes carreteras montañosas se congele, y que, a veces, camiones que transportan carbón, productos agrícolas y ganado se queden encallados o cruzados sobre la vía. «Ahora, cuando abran el túnel, ya no tendremos que preocuparnos más por estas situaciones», dice emocionado.
Por su parte, Baye, un pastor cuya familia ha vivido durante generaciones en la zona próxima al túnel, al pie de las montañas Tianshan, tiene una profunda vinculación con este proyecto. «¡Realmente espero que se abra al tráfico rápido! En el pasado, cuando un miembro de la familia tenía una emergencia y teníamos que ir al norte de Xinjiang para un tratamiento médico, solíamos subir la montaña y podíamos encontrarnos con cierres de carretera debido a las fuertes nevadas a altitudes superiores a 3.000 metros», recuerda Baye.
«El túnel Shengli de Tianshan constituye un proyecto emblemático que muestra el compromiso indestructible de China con la mejora del bienestar de las personas a través del desarrollo del transporte», señala Li Zhicui, profesora de la Escuela de Comercio de la Universidad Normal de Xinjiang. «El túnel servirá como un corredor turístico clave y aumentará la competitividad de mercado de los productos locales al hacer que el transporte sea más rápido y barato, y desempeñará así un papel vital para poder impulsar el desarrollo económico regional,» sostiene la profesora.
Li Zhicui destaca que «el nuevo túnel mejorará significativamente la comunicación entre el norte y el sur de la región, fomentará lazos más estrechos entre los grupos étnicos y promoverá un crecimiento regional equilibrado».
Desde la década de 1950, China se ha esforzado por conectar el norte y el sur de la región con carreteras como las autopistas Urumqi-Korla y Dushanzi-Kuqa. Sin embargo, el rápido desarrollo económico y social, junto con las crecientes necesidades de transporte, han superado la capacidad de estas rutas.
Desafío colosal
En la última década, Xinjiang ha invertido fuertemente en la construcción de infraestructuras de transporte, y ha mejorado su red de autopistas, ferrocarriles, aeropuertos y centros logísticos para apoyar su papel como área central de la Franja Económica de la Ruta de la Seda.
«Xinjiang ha entrado en un periodo caracterizado por una escalada de las inversiones y una velocidad de desarrollo sin precedentes», afirma Zheng Mingquan, subdirector de la administración regional de aplicación de la ley de transporte. La construcción del túnel empezó en abril de 2020 y ha afrontado desafíos, como el frío extremo, grandes altitudes, tensiones del terreno, fuerte actividad sísmica y estrictos requisitos ambientales, afirma Mao Jinbo, un ingeniero del proyecto.
Las montañas Tianshan son conocidas como un «museo geológico», con numerosas zonas de fallas, 16 de las cuales atraviesan el túnel. Su conducto de ventilación número 2 alcanza una profundidad de 706 metros, un tamaño superior al edificio más alto de China, la Torre de Shanghai.
Para hacer frente a los inmensos desafíos, la construcción se dividió en segmentos más pequeños y más manejables, lo que permitió acelerar la excavación. Como resultado, el tiempo de construcción se redujo en más de un 25% respecto a las previsiones iniciales.
No muy lejos de la entrada del túnel se encuentra el glaciar Tianshan Núm. 1, la fuente de agua potable de Urumqi. Para minimizar el impacto ambiental en el glaciar y los hábitats del leopardo de las nieves, se establecieron instalaciones in situ para contener aguas residuales y aprovechar al máximo la grava, para hacer que el proyecto cumpla los objetivos clave de protección ambiental, explica el ingeniero Mao Jinbo.