Los 22 municipios de L’Alt Empordà que dependen del acuífero Fluvià-Muga vuelven a la emergencia por sequía, según ha informado la Agencia Catalana del Agua (ACA) en un comunicado.
Las restricciones, que entrarán en vigor el miércoles, afectan a unas 24.000 personas y suponen una dotación media de 200 litros por habitante y día (dato que incluye los consumos domiciliarios, los usos económicos y los municipales), prohibir el riego de zonas verdes con agua potable, permitir solo el riego de zonas deportivas para la práctica de deporte federado, reducir el riego agrícola en un 80%, entre otros. La decisión se toma por el descenso continuado del acuífero a partir del verano.
Este acuífero se sitúa en un nivel de 14,37 metros sobre el nivel del mar. A principios de la primavera se prevé que entren en servicio cinco nuevos pozos del entorno de Peralada, que mejorarán la gestión de las extracciones de esta masa de agua. Se trata de una actuación presupuestada en 4,4 millones de euros que estará operativa a partir del mes de marzo.
La ACA ha mantenido una reunión telemática este martes con representantes de los municipios afectados para explicar este cambio de escenario.
En paralelo, también hay cambios en la situación de sequía en Vallirana, que pasará del estado de emergencia al de alerta. Se sitúa así en el mismo escenario que la unidad de la que depende (Anoia-Gaià) para la mejora de las reservas.