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La trama rusa que quita el sueño a Puigdemont vuelve a resucitar

El expresidente Carles Puigdemont sabe que tiene un talón de Aquiles: la supuesta injerencia de espías y agentes de la inteligencia rusa en el proceso independentista que él lideró. Los viajes que Víctor Terradellas y Josep Lluís Alay hicieron a Moscú, las reuniones de su abogado Gonzalo Boye con el empresario Aleksander Dimitrenko o la presencia de emisarios del Kremlin en Barcelona, durante el tórrido otoño de 2017, así lo apuntan.

El juez Joaquín Aguirre, ahora jubilado, intentó profundizar en esta trama rusa del procés, pero la Fiscalía y la Audiencia de Barcelona le pararon los pies, con el argumento de que hacía una investigación prospectiva. Cabe decir que en este procedimiento, Carles Puigdemont se jugaba una peligrosa imputación por alta traición, que queda fuera del ámbito de aplicación de la ley de amnistía.

Pero el caso de la trama rusa no está muerto del todo. En la Audiencia Nacional todavía hay abierta una pieza sobre Tsunami. Ahora, dos de los policías que resultaron heridos en los altercados del año 2019 han aportado al sumario el informe que hizo la Comisaría General de Información (CGI) sobre esta injerencia del Kremlin. Veremos qué dice el magistrado Antonio Piña.

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