La ciudad de Barcelona ha mejorado por segundo año consecutivo la calidad del aire y la capital catalana ha alcanzado durante 2024 los niveles más bajos de dióxido de nitrógeno (NO2) registrados hasta ahora. Así lo indican las estaciones de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica de la ciudad, que constatan el descenso de los niveles de NO2, un contaminante asociado sobre todo al tráfico.
La estación de vigilancia de L’Eixample, la que habitualmente registra niveles más altos por el volumen de coches, ha pasado de los 35 μg/m³ de NO2 en 2023 a los 33 en 2024, mientras que la de Gràcia – Sant Gervasi ha cerrado el año con una media de 27 μg/m³, los datos más bajos de toda la serie.
El Ayuntamiento de Barcelona atribuye principalmente la mejora de los datos sobre la calidad del aire a las medidas para aumentar el uso del transporte público, la electrificación de flotas, la apuesta por vehículos más sostenibles y la Zona de Bajas Emisiones. Según el consistorio, el impacto sobre la salud atribuible a la contaminación se ha reducido un 32% en el periodo 2020-2023.