La delegada de la Generalitat en Andorra, Anna Vives, es una connotada convergente que, durante años, fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Seu d’Urgell, donde mantuvo un abierto enfrentamiento con los representantes del PSC. Por ello, en los renglones socialistas del Alto Pirineo hay un fuerte malestar y se pide el relevo de Anna Vives, que cobra un salario de 90.000 euros anuales, en la delegación del Govern en Andorra.
Además, se da la circunstancia de que el despacho oficial de Anna Vives, que fue nombrada para el cargo por el gobierno de Pere Aragonès, es un coworking que está gestionado por Albert Batalla, por el que la Generalitat paga un alquiler anual de 20.000 euros. Anna Vives fue la mano derecha de Albert Batalla durante los años en los que éste fue alcalde de La Seu d’Urgell. Todo ello, muy feo y una patata caliente para el consejero Jaume Duch.