Esta semana han comenzado las obras que transformarán un espacio de 15.000 m² en un parque metropolitano, concretamente los alrededores de la masía de Can Coll y los cauces del torrente. El objetivo es dotar al espacio de nuevos usos, más vegetación, recorridos accesibles e instalaciones, para que se convierta en un espacio público de primer orden que se incorporará en un futuro a la red de parques metropolitanos (XPM).
Las obras, que según las previsiones finalizarán en julio de 2025, tienen un coste de 552.991 euros, una inversión que proviene de dos paquetes de financiación: el Programa de Actuaciones de Cohesión Territorial (PACTE) 2020-2023 y el Programa de Actuaciones y en Paisajes Naturales y Urbanos (PSG) 2020-2023.
Las principales intervenciones que se llevarán a cabo en el marco del proyecto son mejorar los accesos al parque y al torrente para incrementar la conectividad; crear un itinerario principal accesible, pavimentado, iluminado y con árboles que harán sombra; instalar una nueva área de juegos infantiles; y crear una plaza central, una explanada libre con una grada. También se plantarán 300 m² de vegetación arbustiva de bajo consumo hídrico y se trabajará en la conducción del agua de lluvia del parque a través de cunetas vegetales hasta el torrente.
Protocolo de sostenibilidad
Esta obra se ha diseñado y se ejecutará siguiendo los criterios del Protocolo de sostenibilidad, una guía que recoge en 19 criterios las medidas para mitigar el cambio climático y adaptarnos a sus efectos locales, como la falta de agua o el incremento de las temperaturas en verano. Esta guía, en constante revisión desde 2021, fija unos criterios ambientales con unas ratios y unos límites concretos para cada tipo de proyecto, para aplicarlos durante todo el proceso de la obra, desde la concepción hasta la definición del proyecto y la ejecución de la obra.
En este sentido, las intervenciones más relevantes del proyecto que siguen los criterios del Protocolo de sostenibilidad permitirán la mejora de la calidad ambiental y paisajística con la plantación de vegetación adaptada al clima mediterráneo, con bajo consumo hídrico; el aumento de la infraestructura verde metropolitana, ya que el nuevo parque metropolitano se convertirá en un conector verde entre el tejido urbano y las montañas de Ordal; el fomento de la biodiversidad vegetal y animal; y la naturalización del ciclo del agua, con la creación de cunetas y la construcción de pavimentos permeables.
Todo ello favorecerá la adaptación al cambio climático del territorio metropolitano, ya que se reducirá la demanda hídrica y energética con la instalación de alumbrado LED de bajo consumo y de zonas de riego que alimentan la vegetación de bajo consumo hídrico. Además, habrá áreas del parque que se convertirán en prados floridos y las cunetas verdes alimentarán la vegetación propia del torrente.