El Puerto de Barcelona ha asegurado este jueves que no ha recibido ninguna propuesta por parte del gobierno municipal para habilitar una nueva terminal para pequeños cruceros de lujo y ha eludido entrar en el debate sobre esta cuestión, que atribuyen a «posiciones de partido», en relación con las desavenencias entre PSC y BComú que pueden desembocar en la no aprobación de las ordenanzas fiscales y el presupuesto.
Fuentes del puerto apuntan a la ACN que «no hay nada formal, no hay una propuesta. Cuando haya una, la estudiaremos y la debatiremos». Esta semana, BComú ha condicionado su apoyo a las ordenanzas fiscales a que el gobierno del alcalde socialista Jaume Collboni explicite su rechazo a «una nueva terminal de cruceros de lujo».
Según la presidenta del grupo municipal de BComú, Janet Sanz, el acuerdo con el PSC estaba a punto de cerrarse, pero «surgió la propuesta del gobierno municipal de hacer constar que había una propuesta de poder abrir una nueva terminal de cruceros de lujo y que el gobierno la valoraba positivamente».
En concreto, los socialistas habrían incluido en un documento, al que ha tenido acceso la ACN, que el gobierno municipal valora positivamente que el puerto plantee habilitar una miniterminal que dé servicio a barcos de nueva generación con una capacidad máxima de 1.000 pasajeros. Según BComú, esto hace referencia a una potencial terminal de cruceros «de lujo», que rechazan frontalmente.
En cambio, el teniente de alcaldía de Economía del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls, acusó a BComú de poner «una terminal fantasma» como «excusa» a la aprobación de las ordenanzas. «La terminal fantasma no la ha propuesto este gobierno, no la ha propuesto nadie», dijo Valls, que dejó claro que, sea cual sea la voluntad de BComú, la decisión del gobierno es reducir el total de terminales de 7 a 5.
El titular de Economía municipal añadió que «haremos la propuesta de cerrar dos terminales en el puerto, y eso es independiente de si los comunes aprueban o no las ordenanzas y el presupuesto».