El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha declarado este lunes que no supo que se habían instalado dos antenas de telefonía móvil en las dependencias de la Guardia Urbana hasta seis años después, cuando la prensa se hizo eco. Durante su testimonio en la quinta jornada del juicio, el alcalde de Badalona, que también lo era en 2012, cuando se instalaron los dispositivos, ha insistido en más de una ocasión en que él no controlaba el día a día de las diferentes empresas municipales y entidades que presidía, como Engestur, «porque no hubiera hecho otra cosa».
El alcalde de Badalona, que se enfrenta a una pena de dos años y diez meses de prisión, diez años de inhabilitación y una multa de 9.000 euros, se ha declarado inocente desde el primer momento y ha justificado sus largas respuestas a las preguntas de la Fiscalía «porque hace cuatro años que está intentando que se le escuche».
García Albiol ha asegurado en varias ocasiones que él fue conocedor de la existencia de las antenas en 2018 cuando lo publicó un medio de comunicación. Sin negarla, también ha dicho que no recuerda la reunión mantenida con los sindicatos policiales donde se le trasladó la preocupación por las afectaciones sobre la salud de las radiaciones provocadas por la instalación.
De la reunión ha explicado que si no la recuerda es «porque nada le llamó especialmente la atención», pero ha dejado claro que si le hubieran trasladado alguna posible irregularidad con la instalación de las antenas «habría actuado». Respecto a las gestiones que hacía la empresa municipal Engestur, ha declarado que «pretender que el alcalde de la tercera ciudad más grande de Cataluña conozca los movimientos de gestión que hacen cada una de las sociedades que preside es imposible».
García Albiol también ha defendido la trayectoria de algunos de los cargos municipales acusados, como Xavier Salvà, gerente de Urbanismo, de quien ha dicho que era «uno de los funcionarios más respetados» del consistorio o Tomàs Vizcaíno, gerente de la empresa municipal Engestur, «un joven con un expediente brillante» que tenía el encargo de supervisar la instalación de antenas de telefonía en la ciudad. Un encargo de gestión que, ha recordado el alcalde, fue aprobado por unanimidad por el pleno del Ayuntamiento.
A su vez, Salvà ha declarado que «no tuvo ninguna participación» en la instalación de las antenas, sino que era Engestur quien se encargó de todo lo referente al asunto, de manera que él tampoco «autorizó nunca nada». De hecho, ha asegurado que la primera vez que oyó hablar fue en una calçotada con personal del consistorio en 2020.
El que era gerente de Urbanismo en 2012 ha negado tener contacto con ningún responsable de las empresas de telefonía y que no tenía conocimiento de que Miguel Ángel Sánchez, con quien había tratado por un tema del club de fútbol que presidía, era quien hacía de intermediario.
Por su parte, el entonces concejal de Seguridad, Miguel Jurado, ha explicado que él las antenas de telefonía no las vio nunca y solo conocía su existencia porque los sindicatos policiales le transmitieron su inquietud por cuestiones relacionadas con las radiaciones en diferentes reuniones. Unas inquietudes que le llevaron a pedir un informe técnico a Medio Ambiente.
Jurado también ha apuntado que las autorizaciones y permisos correspondientes no correspondían a Seguridad y que tampoco comprobó si las antenas tenían las licencias pertinentes porque tampoco «era su competencia controlar lo que hacían los demás».