El consejero de Deportes de la Generalitat, Berni Álvarez, tiene una patata caliente entre las manos. ¿Qué hacer con la Federación Catalana de Fútbol (FCF), la entidad que preside Joan Soteras? Y es que la FCF va de escándalo en escándalo y se ha convertido en un dolor de cabeza para la consejería de Deportes, que ejerce su tutela.
Las elecciones celebradas el año pasado fueron un pucherazo chapucero, como ha demostrado la investigación que mantiene abierta el juzgado número 2 de Sabadell, donde Joan Soteras figura como imputado. Además, la falsificación masiva de firmas también ha sido denunciada ante la Agencia Española de Protección de Datos, que podría imponer fuertes sanciones a la junta directiva de la FCF.
Para acabarlo de rematar, la FIFA ha detectado un caso de tráfico de menores, procedentes de África, Asia y Sudamérica, que juegan de manera irregular en clubes catalanes, después de haber terminado la beca de un año que se les otorgó. Este escándalo, que afecta a más de 50 niños, cuenta con la complicidad de la FCF, que les hace una ficha federativa en falso. La FIFA ha decidido actuar con contundencia contra este episodio de tráfico de menores, y así lo ha comunicado a la Generalitat y a la FCF.