Un aeropuerto a la altura de los de las principales ciudades de Europa

El Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat es el quinto de la UE en número de pasajeros, pero pronto se puede ver superado si no se desarrolla el 'hub'

Un avión de Delta Airlines esperando su turno para poder elevarse por la pista destinada a los aterrizajes (Aena)

Barcelona ha conseguido posicionarse durante la última década entre las principales ciudades mundiales en la organización de eventos económicos, culturales y deportivos. La ciudad se ha convertido en sede de los congresos tecnológicos más importantes, es parada obligada para los artistas internacionales, acoge los campeonatos más reputados, dispone de centros de investigación de primera línea y cada día la eligen para establecerse empresas del más alto valor añadido.

Que Barcelona esté situada geográficamente como puente entre continentes supone una oportunidad estratégica para integrarse entre las ciudades del primer orden mundial. Barcelona cumple ya con muchos de los requisitos que necesitan las ciudades globales, aquellos núcleos urbanos que se han convertido en el centro neurálgico de la nueva economía mundial. Uno de los elementos que las definen, sin embargo, es disponer de un sistema de transporte avanzado que les permita tener suficientes conexiones internacionales.

Aunque el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat ha alcanzado este año el récord histórico de conexiones intercontinentales, llegando a las 54, y se ha consolidado como el quinto de la Unión Europea en pasajeros, su capacidad de seguir respondiendo a la creciente demanda de las aerolíneas que quieren seguir estableciendo conexiones con nuevos mercados topa con unos límites que impedirán próximamente que siga aumentando el número de aviones que conectan Cataluña con la costa. este de todo el continente americano y Asia Pacífico.

Los aviones de gran envergadura que nos conectan con estos destinos necesitan disponer de un hub con suficiente capacidad en la infraestructura y con una operativa adecuada que facilite a las aerolíneas establecidas en Barcelona ser lo suficientemente competitivas para no tener que optar por otros destinos europeos que sí están apostando de una manera decidida por adecuar sus instalaciones a las nuevas necesidades de la movilidad del futuro.

Las grandes ciudades europeas de referencia para Barcelona disponen todas ellas de hubs que les facilitan una conectividad global que permite que sigan liderando Europa. Que una ciudad disponga de conexiones aéreas directas en todo el mundo es un factor diferencial que hace que las empresas y el talento opten por establecerse en un sitio en lugar de en otro. Londres, Ámsterdam, París, Frankfurt o Madrid concentran actualmente la mayor parte de las conexiones intercontinentales.

Son ciudades, como otras similares en todo el mundo, en las que Barcelona se refleja, ciudades que no se pueden entender exclusivamente como destinos turísticos. Otras ciudades europeas que compiten con Barcelona para posicionarse en el mundo han apostado por hacer crecer sus aeropuertos.

El desarrollo del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat como hub permitiría seguir incrementando las conexiones intercontinentales de Cataluña sin tener que depender de las que pueda haber a través de los grandes hubs del continente y, así, poder mejorar su economía en los sectores de calidad que resultan más provechosos para el conjunto de su tejido económico y social.

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