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Ernest Lluch y el ‘Cara al sol’

Siscu Baiges

Periodista de Solidaritat i Comunicació - SICOM, activista, cabrejat amb les injustícies
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Comienza así: «Cara al sol con la camisa nueva que tú bordaste en rojo ayer, me hallará la muerte si me lleva y no te vuelvo a ver. Formaré junto a mis compañeros que hacen guardia sobre los luceros, impasible el ademán, y están presentes en nuestro afán ”. Y termina así: «Arriba escuadras a vencer que en España empieza a amanecer«. Es el himno de la Falange Española de las Jons que, tras la guerra civil provocada por la rebelión franquista, pasó a ser uno de los himnos oficiales del régimen. Este himno fue cantado por los centenares de personas que se congregaron este viernes ante la sede central del PSOE en Madrid para pedir la dimisión del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Muchos de los asistentes la cantaron levantando el brazo derecho como hacían los nazis seguidores de Hitler.

He pensado dos cosas después de ver un vídeo que dejaba constancia de esta manifestación lamentable. Una, en Ernest Lluch, cuando en junio de 1999 respondió al boicot que los simpatizantes de ETA hacían de un acto socialista en Donosti diciendo: «qué alegría, qué alegría, llegar a esta plaza y ver que los que ahora gritan antes mataban y ahora no matan. No os dais cuenta de que ha llegado la libertad y la democracia a este país. Gritad más porque gritáis poco, gritad, porque mientras gritais no mataréis». ETA lo asesinó el 21 de noviembre de 2000, hace ahora 24 años. Y la pregunta que me hago es si hay que dejar que los que hacen saludos y cánticos nazis y franquistas deben poder actuar así en una democracia.

La otra cuestión que me preocupa es el silencio de la derecha ante la presencia impune de los franquistas y los nazis en nuestra sociedad. La derecha española apuesta a la carta de aquello de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Sean los que sean. Quieren sacar provecho de su existencia y exhibición pública. Hemos visto como dar palmaditas interesadas en la espalda de la serpiente fascista por intereses políticos y electorales la anima a expresarse con violencia. Los ejemplos más recientes y terribles son el asalto al Capitolio promovido por Donald Trump o el de los seguidores de Jair Bolsonaro al Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil.

La Ley de Memoria Histórica de 2022 prevé sanciones de hasta 150.000 euros por actos de exaltación de la sublevación militar, de la guerra civil o de la dictadura franquista o de sus dirigentes, como José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española. ¡No basta! Hay individuos que no tienen suficiente con desfogarse gritando. Tienen la violencia siempre a mano.

Me duele ver que hay jueces que están encantados de recibir denuncias de Manos limpias o Hazte oir contra políticos de izquierdas que les molestan o revistas que hacen chistes sobre la iglesia católica y que miran hacia otro lado cuando por delante de los juzgados pasa una manifestación con gente haciendo el saludo nazi y cantando himnos franquistas.

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