La Federación Catalana de Fútbol (FCF), que preside Joan Soteras, necesita, con urgencia, una desinfección a fondo. El escandaloso pucherazo que se produjo en las últimas elecciones está bajo investigación judicial, y numerosos presidentes de clubes han declarado que se les falsificaron las firmas.
El último episodio grotesco protagonizado por el FCF ha sido su pésame público por la muerte de David Caballero, Bubito, presidente del club Futsal Barceloneta, asesinado a sangre fría por unos sicarios en Montgat. Antiguo trabajador del puerto de Barcelona, Bubito era un conocido mafioso que llevaba un tren de vida a todo trapo y de quien se sospecha que estaba relacionado con el tráfico de cocaína a gran escala. Su asesinato se relaciona con una revancha entre narcotraficantes.
