Frustrado aspirante a ser el director de Catalunya Ràdio –emisora donde inició su trayectoria profesional– Miquel Calçada (Mikimoto) acaba de ser nombrado miembro del consejo de administración de Radiotelevisión Española (RTVE), a propuesta de Junts x Catalunya. Independentista de pro, Mikimoto siempre se refugió bajo las faldas del pujolismo, a pesar de que, oficialmente, Convergència nunca fue un partido secesionista.
Gracias a esta protección política, Mikimoto fue premiado con programas de televisión en TV3 y la concesión de licencias, subvenciones y publicidad institucional a chorros para sus emisoras privadas –Flaix FM y Flaixbac FM–, que fundó en 1992 con Carles Cuní. Posteriormente, fue nombrado director de los actos de conmemoración del Tricentenario de 1714.
Durante los gobiernos procesistas, su nombre sonó con insistencia para dirigir Catalunya Ràdio, para potenciar su sello independentista. La operación, avalada por David Madí, no prosperó, y ahora Mikimoto se tendrá que conformar con tener silla y paguita (105.000 euros anuales) en Madrid, a sueldo del pérfido Estado español.
