Cataluña, 1989. Jordi Pujol gobierna con mayoría absoluta en la Generalitat y está en la cumbre de su poder político. Pero el mapa municipal está repleto de ayuntamientos, en especial los de más población, donde mandan el PSC e Iniciativa. Esta es la espina que tiene clavada CiU para poder consolidar su anhelado dominio sobre la sociedad catalana.
Por eso, aprovechándose de la aritmética, los convergentes promueven un “tripartito de derechas” con el PP y el CDS para desbancar al alcalde socialista de Tarragona, Josep Maria Recasens, que había ganado las elecciones municipales del año 1987. Después de una moción de censura el nuevo alcalde es el convergente Joan Miquel Nadal, que consolidó su poder y permaneció en el cargo hasta el año 2007.
Con la llegada de CiU al Ayuntamiento, empieza una etapa marcada por los marros de corrupción, que contaron con la activa participación, desde Barcelona, del llamado “sector negocios” convergente. Jordi Pujol Ferrusola puso Tarragona en su radar y aquí hizo suculentos negocios, gracias a su poderosa influencia (compra de una empresa de ambulancias, intermediación en la concesión de una planta de almacenamiento de productos petroleros en el puerto…).
Uno de los casos más ominosos de esta etapa corrupta fue la compraventa y recalificación de los terrenos que ocupaba la empresa Gas Tarraconense para la construcción de un gran centro comercial: el Parc Central. Las primeras investigaciones judiciales sobre este pucherazo datan del año 1994 y no es hasta ahora, 30 años después (!), que se está celebrando el juicio oral en la Audiencia de Tarragona contra cuatro de los implicados en esta trama: el ex-concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, Àngel Fernández; Juan Carretero, el antiguo director financiero de Tipel, la empresa de la familia Prenafeta; José Miguel Yubero, ex-directivo de Eroski, la empresa que compró los terrenos; y el abogado Enric Llobet, que participó en la trama de evasión fiscal de este pelotazo, que dejó unos beneficios de unos 4,8 millones de euros. Están acusados de los delitos de prevaricación, tráfico de influencias y blanqueo de capitales.
Han pasado tantos años que algunos de los protagonistas de este caso de corrupción ya han fallecido, como el empresario Isidor Prenafeta, primo del todopoderoso secretario general de Presidencia de la Generalitat con Jordi Pujol. Y otros, como el ex- alcalde de Reus Miquel Colàs, han sido exonerados a causa de su avanzada edad.
La Fiscalía solicita una pena de cuatro meses de arresto mayor, ocho años de inhabilitación especial para cargo público y una multa de 2.406.000 euros para el ex-concejal de Urbanismo Àngel Fernández, que también estuvo involucrado en el escándalo de la urbanización de Terres Cavades. Además, pide cuatro meses de arresto mayor, ocho años de inhabilitación especial para cargo público y una multa de 1.800.000 euros para los ejecutivos Juan Carretero y José Miguel Yubero. Para Enric Llobet, solicita la misma pena, pero con una multa de 360.000 euros.
En el curso de los trabajos de construcción del centro comercial se hicieron unos importantes hallazgos arqueológicos de la necrópolis paleocristiana, pero se decidió continuar las obras. Para vergüenza de todos, hoy estas valiosas construcciones de la época romana están escondidas en el parking del Parc Central.
Declaración del editor de EL TRIANGLE
Desde que estalló el escándalo, en 1994, EL TRIANGLE publicó numerosos artículos sobre el pucherazo del Parc Central. Por eso, el fundador y editor de la revista, Jaume Reixach, fue convocado a prestar declaración como testigo en el juicio que se celebra en la sección 4ª de la Audiencia de Tarragona. Uno de los misterios que la revista investigó más a fondo fue la participación en la operación de compraventa de los terrenos de una misteriosa sociedad instrumental con sede en Holanda, Tarantula Beheers BV, que, a su vez, tenía como única accionista la sociedad Willowby Corporation, radicada en el paraíso fiscal caribeño de Curazao y con cuentas en Suiza. A través de este esquema de “muñecas rusas” se evaporaron los beneficios de este pelotazo urbanístico.