La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau ha reivindicado el legado de los comunes después de dos mandatos gobernando en la ciudad y se ha despedido en el plenario del Ayuntamiento con un agradecimiento «principal» a la ciudad y una crítica a las élites «avariciosas». «Barcelona es una ciudad valiente, republicana, feminista, que solo le pertenece a su gente. Queda un legado que en realidad es de la ciudadanía», ha dicho Colau en su discurso de despedida después de renunciar al acta de concejala.
Sobre las élites, ha admitido que desde el gobierno se tuvieron que enfrentar en una guerra «sucia» y ha apuntado que llevan unas veinte querellas archivadas. De hecho, ha dicho que las élites son lo que más la ha «decepcionado» y las ha descrito como «mediocres» y «avariciosas» y que piensan demasiado «en el beneficio a corto plazo». En este sentido, ha agradecido en Barcelona en Comú y a los trabajadores del consistorio no haberse «encogido» ni haber tirado la toalla.
A pesar de que no ha entrado en detalle, sí que se ha referido a algunas de las políticas llevadas a cabo bajo su alcaldía y ha celebrado que los comunes hayan impulsado un «modelo de ciudad» para enfrentar retos como la desigualdad, la contaminación, la masificación turística o la especulación inmobiliaria. Además, ha destacado que el municipio «votó a la primera mujer alcaldesa, de familia humilde, que no se conocía con nadie de las élites de la ciudad y que venía de trayectoria activista». «Solo en una ciudad mágica, valiente y rebelde como Barcelona pueden pasar cosas tan increíbles como esta», ha concluido.
