La culpa fue del chachachá

Añoro la época en que la culpa era del chachachá, o así lo cantaba con éxito Gabinete Caligari a finales de los ochenta. Con una letra grotesca, con constantes referencias taurinas y a ritmo de chachachá, narraba un flirteo fortuito en un night-club. La pieza supuso, dicen, el inicio del fin de la banda. La culpa, pues, fue del chachachá…

El chachachá dio paso a otros culpables, Catalunya, por ejemplo, y hasta hoy. Demetrio Quirós (Adelante Izquierda Gaditana) ha triunfado en las redes con su diatriba contra la obsesión del PP de culpar a Catalunya de todos los males y el abuso de la temática catalana que los populares hacen en los plenos del Ayuntamiento de Cádiz, entre otros. “El alcalde de Cádiz ha vuelto a traer un tema de Cataluña al Pleno del Ayuntamiento de Cádiz. Es la cuarta vez que lo lleva. Le preocupa más Manresa y Reus que El Pópulo, Loreto, Viña o Cerro del Moro”, critica Quirós. Y sigue: “Pierde la sociedad cuando su único empeño es repartir odio, mientras nos encontramos con aulas cerradas… ¿La culpa es de Catalunya? Cuando la Junta deja de invertir más de mil millones en políticas de agua, también debe ser culpa de la cuota catalana”. Y remacha: “El presidente de la Junta de Andalucía anuncia rebajas de impuestos a los de siempre, Andalucía recauda 200 millones menos y la consellera dice estar en el bolsillo de los andaluces. ¿De qué andaluces? En la del 1% de los que no pagan… Y ahora resulta que el problema es de Catalunya”.

Con relación a esto último, el presidente Salvador Illa lo ha explicado con claridad recientemente y en más de una ocasión: «La solidaridad no es pedir que unos territorios financien las rebajas fiscales de otros». En el PP, sin embargo, las observaciones de Quirós o las de Illa por una oreja les entran y por la otra les salen. Los populares han hecho números y se engañan pensando que los réditos que obtienen en el resto de España por las críticas, a menudo descabelladas, hacia Cataluña conducen directamente a la Moncloa, y ha quedado claro que esto no es así, basta con ver de dónde vienen y dónde están. Tarde o temprano tendrán que, no solo moderar su viperina lengua, sino y también acceder a alguno de los planteamientos catalanes, sea de financiación, sea de protección de la lengua. Y eso siempre suele pasar por un acuerdo con Junts -antes Convergència- en Catalunya y por el PNV -siempre el PNV- en Euskadi. Dicen que el deshielo ya ha empezado y que ha habido conversaciones sotto voce con unos y otros. Sea como quiera, y escuchando la toxicidad de algunas afirmaciones, a los de Alberto Núñez-Feijóo les queda todavía mucho margen de mejora. Como decía Confucio, «gobernar es rectificar»; pues esto, si quieren volver a gobernar algún día, tendrán que rectificar.

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