El Govern de Salvador Illa apuesta firmemente por las energías renovables. A estas alturas, Cataluña está por debajo de la media de otras comunidades y de la zona europea. Los últimos años ha habido una parálisis y un atraso, lo cual supone una desventaja competitiva por la carencia de energía renovable.
Mientras que en España ya es una realidad que el 52,3% de la producción eléctrica proviene de las energías renovables, en Cataluña solo es del 13,6%. Incluso el Informe Draghi destaca que Cataluña está a estas alturas lejos de los objetivos para el 2030, cuando las energías renovables son un factor de competitividad.
Por ejemplo, mientras que el objetivo en la solar fotovoltaica de autoconsumo para el 2030 es de 2.185 MW, actualmente hay en Cataluña 991 MW instalados, y de estos, el 69% son de potencia inferior a los 5 kW.
Según los datos de la Generalitat, Cataluña cuenta ahora con una potencia instalada de energía solar en el terreno de 351 MW, cuando el objetivo para el 2030 es de 4.458 MW, cosa que representa solo el 8%. En cambio, donde más se ha avanzado es en la solar en tejado.
En cuanto a la energía eólica terrestre, estancada en cuanto a su desarrollo desde hace años, hay instalada una potencia de 1.046 MW, un 26% del grado de logro fijado para el 2030. Pero dónde hay más atraso es en la energía eólica marítima: hay 0, cuando el objetivo es de 1.000 MW. En este caso hay ciertas dificultades, puesto que la tecnología está en fase de desarrollo y solo hay una zona apta, que es la bahía de Roses.
En cuanto a la energía hidroeléctrica, la situación actual es de pleno cumplimiento, con una potencia de 1.825 MW. En cambio, la hidroeléctrica reversible está todavía lejos del objetivo, puesto que solo ha instalado el 26% del objetivo (534 MW de 2.034 MW). En el caso de la bioenergía, Cataluña cuenta con 72 plantas. El objetivo para el 2030 es lograr una potencia instalada de 246 MW.
Para cambiar esta situación de atraso, se hace necesario “sacar adelante proyectos solares y eólicos en todo el territorio, llenar los tejados de los hogares y de las industrias de paneles solares, y también abordar proyectos energéticos transformadores, que permitan avanzar de forma rápida hacia una economía descarbonizada, como son la eólica marítima o las centrales hidroeléctricas reversibles”, según afirman desde el Govern.
La implantación de renovables es un proceso que supone cierta transformación del territorio y, por lo tanto, que genera de forma comprensible dudas y reticencias allá donde se instalan. Por eso, desde el Govern de Salvador Illa se cree conveniente que la transición energética se adapte a la geografía del país, con parques más pequeños que los de otros lugares con menor densidad de población.
En este sentido, se ha aprobado el Plan Territorial Sectorial de las Energías Renovables, donde se prevén 16 medidas para llegar a los objetivos marcados por Europa para el 2030.
La primera medida es la eliminación de la necesidad de autorización administrativa para toda instalación de autoconsumo de menos de 500 kW. Así se podrá acelerar en el segmento de los tejados.
La segunda medida es reforzar el seguimiento del grado de cumplimiento de plazos y condiciones en cuanto al autoconsumo colectivo, al ser una modalidad esencial para que sea viable económicamente. La tercera medida propuesta es la de dotar de recursos económicos y humanos suficientes La Energética, la empresa pública catalana, para asegurar que la Generalitat cubre todos sus tejados potenciales con paneles solares antes del 2030, instalando alrededor de 200 MW de autoconsumo.
La cuarta medida es la de dotar de más recursos dedicados a la tramitación de proyectos de energías renovables, incluidos los servicios territoriales, y de una estructura eficiente para acelerar la burocracia. La quinta medida es aclarar o, si procede, modificar la normativa urbanística para facilitar la construcción de cenadores solares en los parkings y otros espacios abiertos de grandes dimensiones.
La sexta medida es la aprobación del Plan Territorial de las Energías Renovables, de forma que se facilite el conocimiento de las zonas más adecuadas para la implantación de las renovables. La séptima medida es la de agilizar los trámites urbanísticos para asegurar que se hagan en paralelo a los energéticos y, así, asegurar que no se produzcan retrasos en la construcción de las instalaciones.
La octava medida adoptada es la de acelerar la tramitación de los proyectos energéticos estratégicos, lo cual permitirá acercarse a los objetivos para el 2030 de forma rápida, como por ejemplo la eólica marina o los proyectos de hidroeléctricas reversibles. Eso sí, habrá que asegurar las debidas compensaciones en el territorio y la protección del medio ambiente.
La novena medida aprobada por el Govern de la Generalitat es el establecimiento de una regulación clara sobre las baterías. De este modo, se dará seguridad jurídica a este sector emergente y permitirá, también, hacer viables proyectos de renovables.
La décima medida prevista es la de permitir el cambio de titular durante la tramitación de un proyecto renovable. Así, los proyectos avanzados donde el promotor inicial quiere desistir por razones económicas u organizativas podrán ser seguidos por otros. La undécima medida es la de permitir la posibilidad de presentar un estudio edáfico específico sobre un terreno concreto por un laboratorio acreditado que prevalezca respecto al de la categorización agrícola de información cartográfica genérica.
La doceava medida es la reducción de los plazos por la tramitación de proyectos de energías renovables, sobre todo de aquellos que no están relacionados con procesos de participación pública. La decimotercera medida es la del establecimiento de negociaciones con Red Eléctrica y el Ministerio de Industria para asegurar que la próxima planificación eléctrica 2025-2030 prevea las inversiones en redes eléctricas para asegurar la conexión de las renovables.
La decimocuarta medida es la aprobación de una hoja de ruta de electrificación de Cataluña. Así, se priorizarán los vectores de la movilidad terrestre, la climatización doméstica y la electrificación industrial. La decimoquinta medida es la agilización de la implantación de los puntos de recarga por parte de las empresas operadoras, así como encargar a La Energética que ponga puntos de recarga en todos los edificios públicos con parking y en espacios próximos en la red de carreteras en aquellas comarcas donde haya carencia de inversión en la recarga de vehículos eléctricos.
Finalmente, la decimosexta medida es la apuesta decidida por el biogás como herramienta para la reducción de las emisiones de aquellos consumos de difícil electrificación, acelerando la implantación de las medidas de simplificación administrativa previstas en el análisis hecho el 2023, en el marco de la estrategia catalana del biogás.
Puedes leer el artículo entero en el número 1590 de la edición en papel de EL TRIANGLE.