El sumario judicial sobre la trama rusa del ‘procés’ incluye un informe elaborado por Víctor Terradellas, personaje clave en esta operación, que detalla la estrategia prevista para que Carles Puigdemont volviera a Catalunya como presidente de la Generalitat tras su fuga a Bélgica y a pesar de que la celebración de las elecciones al Parlament del 21 de diciembre acabaron llevando a Quim Torra a ocupar este cargo. El informe, que fue descubierto por la policía judicial en mayo del 2018, fue elaborado antes de que Torra accediera a la presidencia el día 17 de ese mes.
El juez Joaquín Aguirre, que instruye esta investigación, calcula que este informe fue elaborado en marzo porque alude a la detención de Puigdemont en Alemania el 25 de ese mes durante su redacción. La estrategia diseñada para el retorno de Puigdemont cuenta con nueve apartados. El primero se refiere a su renuncia al cargo. «Aparentemente Puigdemont renuncia a la investidura, nunca al escaño y propone otro candidato», se lee en este primer apartado. El segundo se refiere a un «nuevo presidente provisional» y el tercero al levantamiento de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El cuarto se titula «Papel del presidente legítimo» y comporta «la apertura de una oficina de forma que el Presidente mantiene el equipo y contactos mediáticos para las actuaciones que vendrán». Las previsiones incluidas en estos cuatro apartados se cumplieron.
Sin embargo, a partir del quinto los objetivos previstos no se llevaron a la práctica. Este apartado habla de “Victoria de la República” y lo describe así: “Aplicar la estrategia empleada por Brzezinski a escala global y la trasladaremos a la península hasta el hundimiento del Estado Español. Los machacaremos con una serie de campañas (sociales, políticas, ambientales, económicas, infraestructuras…) ofreciendo, de cara a la opinión pública y publicada, negociación sin parar las campañas de confrontación. También de forma constante haremos movilizaciones pacíficas y controladas de desgaste mediante los CDR’s. A los 100 días de la formación del Gobierno de la Generalitat, aprovechando alguna celebración con concentración y de forma coordinada con las organizaciones políticas y sociales pertinentes, el nuevo Presidente interviene desde el Palau, reiterando la independencia y proclamando de manera irreversible la República de Catalunya “ .
El sexto apartado prevé una gran crisis económica en Europa que abrirá «una nueva ventana de oportunidad para el Principado de conseguir su objetivo». El séptimo es un llamamiento a la “Defensa pacífica” explicada en estos términos: “El pueblo defiende la República. Este período de defensa podrá ser de unos tres meses, (habiendo visto lo ocurrido el 1-O, que con medio día de agresiones se tuvieron que retirar, en una semana o diez días creemos que será el tiempo de resistencia). La llamada a la resistencia pacífica genera el bloqueo del Palau. Mossos leales a la República, CDR al territorio y sociedad civil organizada. Puertos y aeropuertos. Se llama, sobre todo, a ancianos para ocupar las primeras filas. Se genera, también, una atención inmediata de la prensa y de la comunidad internacional, sobre todo por el papel del presidente en el exilio”.
La “Culminación” anunciada en el octavo apartado de esta estrategia comporta el regreso de Puigdemont como presidente. Su autor imagina que “la máxima presión y el paralelo ejercicio de la violencia contra la población puede ser de 7/15 días. En este período, la comunidad internacional obligará a parar la violencia española. Comienza el retorno de presos y exiliados, acaba el 155 y la mesa de negociación bilateral o con ámbito internacional. Regreso de MHP Puigdemont para iniciar las negociaciones”. El último apartado habla de “Colaterales” y es una amenaza “a los no amigos”: “empresas como las que todos sabemos y tenemos en la cabeza que deben ser revisadas”.
Estos días se ha visto que el regreso de Carles Puigdemont a Catalunya no ha sido como presidente de la Generalitat ni cumpliendo los objetivos fijados en la estrategia prevista hace más de seis años.












