El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha decidido pasar página a los polémicos experimentos urbanísticos que marcaron la etapa de Ada Colau al frente del Ayuntamiento. Del urbanismo táctico de los comunes hemos pasado al urbanismo climático que promueve el PSC. En síntesis, ahora se trata de hacer pequeñas actuaciones en los 10 distritos de la ciudad para crear zonas de sombra donde los vecinos puedan encontrar un rincón de verdor y de tranquilidad.
En total, durante el periodo 2024-27 se condicionarán 216 espacios de confort climático, aprovechando solares abandonados, zonas vacías entre edificios, centros escolares o terrazas. También se recuperarán ocho islas interiores para convertirlas en espacios verdes. Sumando todas las actuaciones previstas, el nuevo urbanismo climático que impulsa Jaume Collboni ganará 22 hectáreas para la protección y el goce de los vecinos, una superficie equivalente a la del parque de la Ciutadella o a 148 islas del Eixample. La inversión anunciada en este programa es de 150 millones de euros.
Se han acabado las calles con colorines y los ejes verdes de Ada Colau –que comportan un alto coste de mantenimiento– y entramos en la etapa de los microparques de Jaume Collboni.
