El 60% de los catalanes están de acuerdo con la inmigración y un 51% cree que no debería ponerse límites a la llegada de gente extranjera, según el informe «La inmigración en Cataluña ¿un debate construido?» del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS). Este estudio refleja una sociedad más abierta de la que los propios responsables del ICPS que lo han presentado esta mañana pensaban al prepararlo. El director del Instituto, Oriol Bartomeus, ha respondido a la pregunta del título del informe diciendo que sí, que el debate sobre la inmigración está construido. Bartomeus ha responsabilizado a algunos partidos políticos de la voluntad de convertir la inmigración en un «debate construido», aunque ha reconocido que existe el riesgo de que se convierta en un debate real si estos partidos persisten en su actitud.
Sólo un 22% de los catalanes están en desacuerdo con la inmigración, según el estudio, que señala también que el porcentaje de personas que creen que debe limitarse la entrada de inmigrantes ha bajado de un 65% a un 44 % en los últimos 30 años. Otros datos recogidos en este estudio son que un 96% de los catalanes no consideran grave tener un vecino inmigrante o que a un 73% no les preocupa que se edifique una mezquita cerca de su casa. Un 94% de los catalanes no ven ningún problema en que su jefe en el trabajo sea de otra raza.
En cuanto al rechazo de las personas inmigrantes, se ha producido un cambio en los últimos años. En 1992, la mayoría de quienes criticaban la inmigración (un 55%) lo hacían por motivos laborales (“quitan el trabajo a los de aquí”). Treinta años más tarde, sólo un 17% da esta respuesta. En cambio, la mayoría (un 35%) lo hace por motivos eminentemente culturales (“no aceptan nuestras costumbres”.) Los que señalan las diferencias religiosas son un 10%.
Las personas que muestran una actitud menos favorables a la inmigración suelen ser hombres de más de 64 años o mujeres mayores de 49, con estudios secundarios o inferiores, ubicados en el centroderecha o la derecha, votantes del PP y Vox, pertenecientes a la clase de propietarios o trabajadores manuales, con especial incidencia entre las personas que realizan tareas del hogar no remuneradas. Las más favorables suelen ser mujeres menores de 50 años con estudios superiores, que se sitúan en la izquierda y el centro izquierda, que recuerdan haber votado a los comunes o a la CUP y que pertenecen al sector servicios (profesionales y directivos). Los votantes de Junts estarían más cerca del primer grupo y los del PSC, de los más favorables.
En las conclusiones del informe, elaborado por Bartomeus y Lucía Medina, se indica que “en general, se observa cómo las nuevas generaciones muestran una opción más favorable a la inmigración que las antiguas, lo que podría explicar en buena parte el cambio general de la opinión del electorado catalán”.