Del “¡Esto es una mujer!” a la “madre superiora”

Marta Ferrusola ha muerto a los 89 años, después de una larga enfermedad. Aunque en un segundo plano, tuvo un importante protagonismo en la política catalana, detrás de la actividad de su marido, Jordi Pujol. De un talante fuerte, era de convicciones nacionales y religiosas muy conservadoras, hecho que le valió, de un lado, sonadas polémicas por sus opiniones sobre los emigrantes o sobre los homosexuales y, del otro, la admiración incondicional de los convergentes más encendidos, que clamaban “¡Esto es una mujer!” en la celebración de las noches electorales triunfantes de CiU. Pero esta imagen se fue a pique al descubrirse que era el cerebro de las finanzas escondidas en el extranjero del clan Pujol, donde se hacía decir la “madre superiora” de esta organización corrupta, a pesar de que fue exonerada a causa del Alzheimer que sufría.