La Audiencia de Barcelona ha condenado a 35 años de prisión a Brian Raimundo Céspedes Mendieta, el joven que violó brutalmente e intentó matar a una menor de 16 años en Igualada (Barcelona) la noche de la Castanyada de 2021, cuando ella volvía a casa después de asistir a una fiesta en una discoteca. Concretamente, le han condenado a 15 años por agresión sexual con penetración y uso de objeto contundente y a 20 años menos un día por intento de asesinato. Además, la sala le ha aplicado el agravante por alevosía y discriminación por razón de género al considerar que “se reproduce un patrón de conducta violenta, vejatoria y humillante del procesado hacia las mujeres, exteriorizando e imponiendo una situación de dominación o subyugación por el mero hecho de pertenecer al género femenino”.
El tribunal también ha impuesto al violador la prohibición de acercarse a menos de un kilómetro de la víctima y 10 años de libertad vigilada una vez haya cumplido la pena de prisión, así como una indemnización para la víctima de 332.727 euros. El acusado tenía 21 años en el momento de los hechos, y está en prisión provisional desde que fue detenido en abril de 2022. Según publica La Vanguardia, la sentencia considera probado que Brian Raimundo Céspedes Mendieta se dirigió hacia la víctima cuando ella se adentró en el polígono y, al llegar a la altura de un callejón, “solitario, escasamente iluminado y frente a un descampado vallado y apartado de las miradas de posibles transeúntes y ocupantes de vehículos la atacó de manera sorpresiva con un objeto contundente y romo con el que le golpeó fuertemente y en repetidas veces en la cabeza, sabedor de que con ello había una alta probabilidad de que acabara con su vida, cayendo la víctima como consecuencia de ello al suelo e introduciéndola a continuación en el referido callejón”.
La sentencia también describe la brutal agresión que sufrió la víctima: “Una vez allí, el procesado, con absoluto desprecio a su condición de mujer, y aprovechando su estado de semiinconsciencia generado por los golpes recibidos y con el propósito de incrementar el dolor de su víctima causándole padecimientos innecesarios, la golpeó en diversas partes del cuerpo, para, seguidamente y con absoluto desprecio a su libre determinación sexual, introducirle de manera brutal y repetidas veces miembros corporales, tales como el puño, u objetos contundentes y puntiagudos no determinados, o una combinación de ambos, lo que llevó a cabo durante espacio de 20 minutos aproximadamente”. Luego la dejó “tendida en el suelo desnuda, semiinconsciente, desangrándose y sin la ropa que la misma vestía y que el procesado se llevó consigo”.
El tribunal ha decidido que el violador cumpla la pena íntegramente en España, aunque esta podrá ser sustituida por la expulsión «si con anterioridad a su cumplimiento se le concede el tercer grado o la libertad condicional, con la prohibición de regresar a España en un plazo de diez años a contar desde el momento de su expulsión». El condenado pidió al tribunal cumplir la pena en España y no en una prisión boliviana.