Entre mandado y mandato, Joan Laporta no perdió el tiempo y, mientras veía como la mayoría de sus sociedades, participadas como accionista, administrador o gerente, pasaban a un estado de latencia por falta de actividad, de ingresos sobre todo y por no presentar a tiempo y correctamente sus cuentas en el registro mercantil, colaboró estrechamente en la desaparición del Reus, un episodio del cual se ha querido desvincular desde hace tiempo, aunque sin éxito a la vista de las pruebas. De esa aventura de la cual Laporta prefiere no acordarse van apareciendo poco a poco daños colaterales relacionados con la funesta gestión de Joan Oliver, su persona de máxima confianza entre 2008 y 2010, a quien nombró director general del Barça, que ahora amenazan con salpicar su imagen de presidente del Barça. Aún más.
Hoy mismo, Joan Laporta, Rafa Yuste (vicepresidente deportivo del Barça) y Xavier Sala i Martin (tesorero durante el primer mandato de Laporta al club catalán y ahora teórico patrón al mando de la Fundació Barça) declaran en calidad testigos en una causa que investiga a Joan Oliver por presunta estafa a un ciudadano por un importe de 4,7 millones, el dinero invertido en CSSB Limited, una sociedad con sede en Hong Kong que manejaba fondos para la compra y el control de clubs de fútbol en el extranjero, China prioritariamente, liderada también por Joan Oliver. El actual presidente del Barça había negado siempre saber nada de su actividad hasta que un documento revelado en su día por El Confidencial demostró que, al menos en una ocasión, había actuado y firmado como representante de CSSB Limited el 2017. Fruto de aquella actuación, Laporta fue demandado, junto a Oliver, por una estafa agraviada presentada por tres prestamistas a la misma CSSB Limited que, si no llegó a juicio, fue porque los demandados aceptaron que se archivara a cambio de un pacto económico. Otro asunto relacionado es el de la demanda por estafa de otro inversor de la misma compañía, el tenista catalán Albert Ramos, que se ha reactivado como consecuencia de una investigación de la Agencia Tributaria sobre irregularidades fiscales halladas en la gestión de Core Store, compañía relacionada con la propiedad del Reus en manos de Joan Oliver (y su relación con CSSB Limited).
Este caso, como el de la estafa por 4,7 millones por el que declara Laporta, fue destapado por el diario ARA que, por el momento, ha preferido omitir la identidad real del protagonista, y de su familia, de una historia realmente esperpéntica que tuvo su origen en un golpe de fortuna personal cuando fue agraciado con 34 millones de un boleto premiado de la Primitiva. Entre sus primeras reacciones, el afortunado, que estaba cobrando el subsidio de desempleo, corrió a comprarse un automóvil deportivo de lujo en un concesionario cercano de Sant Cugat donde conoció, según el relato de citado medio, a una asesora financiera de Bankinter, personaje clave que le arrastraría a una serie de compras, inversiones y actuaciones como suscribir un contrato de préstamo con CSSB Limited en el despacho Laporta & Arbós y otros dos contratos de préstamo en 2016 con Core Store, una sociedad vinculada empresarialmente con CSSB Limited que presta servicios de consultoría deportiva. “CSSB Limited y Core Store también aparecen demandadas a la querella. Laporta fue administrador solidario y accionista de Core Store entre el 2011 y el 2019 y su sede en aquel momento era el despacho de Laporta & Arbós”. En la demanda por estafa también aparecen dos contratos de préstamo más, firmados por la mujer y la hija del demandante en 2018 con una tercera empresa de la cual se oculta el nombre en principio al margen de la investigación fiscal en curso.
El hecho de firmar los contratos en el despacho de abogados del actual presidente del Barça y en su presencia, según ha declarado el afectado, le dio plena confianza de rigor y seriedad, además de que el socio de Laporta, Xavier Arbós, ya era en ese momento su abogado.
“Los cinco contratos de préstamo que aparecen a la demanda de Ramon y su familia -explica el medio- fueron recomendados por la misma asesora de Bankinter entre agosto del 2016 y el agosto del 2018. Todos ellos debían comportar un interés anual de entre el 6 y el 7%. En total, habrían tenido que cobrar 792.000 euros de intereses. Pero solo recibieron 84.000. Así, faltan 708.000 euros. Además, en ninguno de las cinco inversiones se los ha vuelto nada de los 4,7 millones de capital total invertido”.
Sin ninguna experiencia anterior en el mundo de las finanzas y de las inversiones, el demandante “firmó en el despacho de Laporta un contrato de préstamo de 2,4 millones de euros el 1 de noviembre del 2017 con CSSB Limited, que era propietaria del 57% del CF Reus Deportiu en aquella época antes de la desaparición del club por problemas económicos (…) La operación le tenía que reportar un interés anual del 6% y, respecto al capital aportado (los 2,4 millones), el contrato estipulaba que le sería vuelto en tres años. Pero, hasta ahora, no se le ha vuelto ninguna cantidad del capital prestado y solo se le ha abonado una pequeña parte de los intereses de la operación. Un año antes, el 22 de agosto del 2016, ya habían firmado dos contratos de préstamo con Core Store, a la cual prestaron un capital total de 300.000 euros en un plazo de cinco años y con un interés anual del 6%. En este caso, no se los volvió el capital ni se los ingresaron los intereses”.
El resto del importe de la demanda se corresponde con contratos de préstamo de la esposa e hija del demandante con esa tercera empresa que, igualmente, no cumplió con los términos acordados. En una primera instancia, el juzgado de instrucción número 6 de Barcelona archivó el caso “porque los demandantes, según el juez, durante sus declaraciones no demostraron que los impagos de los intereses y el capital de los préstamos fueron premeditados desde el momento de la firma de los contratos. La apelación de los demandantes ante la Audiencia de Barcelona ha presentado como argumentos la apertura de la investigación de la Agencia Tributaria por posibles irregularidades de Core Store y la existencia otros procedimientos penales contra Laporta, Oliver, CSSB Limited y Core Store por estafa agraviada e inversiones falladas en otros casos de préstamos de particulares a ambas sociedades”.
En toda esta trama, aunque su nombre no aparece, es relevante el papel de Bryan Bachner, actual responsable de las oficinas del Barça en Hong Kong y Nueva York, que por cierto siguen en estado de abandono y de muy baja actividad, y también de Barça Visión, esa compañía que acaba de protagonizar la renuncia a salir en bolsa porque desde la directiva nadie es capaz de encontrar un inversor para su fantasmagórica e indetectable producción. Bryan Bachner, fichado por Joan Laporta tras regresar al palco del Camp Nou, ejerció antes el puesto de director de BIT Football Club, un equipo de la segunda división de China, y CSSB Limited, relacionada con la desaparición del Reus Deportiu, del cual era propietario mayoritario. Bachner era empleado en CSSB Limited, empresa asociada a Core Store SL, de la que era accionista Joan Laporta, junto a Joan Oliver, Xavier Sala i Martín y Rafa Yuste.
En el Barça, con excepción de Joan Oliver, que en todas sus declaraciones ante el juzgado trata de desvincular a Laporta y al resto de la gestión en el Reus, se ha reagrupado esta estructura que ya condenó al Reus, incluidos Pere Lluís Mellado, abogado del Reus en esa etapa y ahora jefe del área legal del Barça, y Joan Sentelles, colaborador de Oliver y de Laporta desde hace años, que actualmente está al mando del Espai Barça por lo que se refiere a los asuntos comerciales y de control de la junta.
