El dilema de Esquerra Republicana

Marta Rovira ha dado un mes de tiempo para que tanto Salvador Illa como Carles Puigdemont presenten a Esquerra Republicana una propuesta de acuerdo de gobernabilidad para Cataluña. El dilema de la militancia de ERC es que tendrá que decidir si apuesta por volver a reeditar el Junts pel Sí de 2015 o bien por un gobierno de izquierdas.

Marta Rovira, desde Suiza, y Josep Maria Jové, desde Barcelona, pilotan las negociaciones a ambos lados. Lo que está claro, no obstante, es que los números de Junts más Esquerra no dan la mayoría suficiente en el Parlamento de Cataluña para investir a un presidente. Eso sí, los cantos de sirena desde Bruselas para ir a unas nuevas elecciones en otoño con una lista única del independentismo (volver a hacer Junts pel Sí) hacen tilín a una buena parte de la dirección republicana. Dentro de una coalición se diluiría el descenso electoral y se aseguraría, a la vez un buen número de escaños, muy probablemente los mismos que ahora.

Además, hoy por hoy Esquerra se encuentra sin un liderazgo electoral. Oriol Junqueras no podría encabezar la candidatura porque sigue inhabilitado, mientras que Pere Aragonès dejó claro, aunque siempre puede echarse atrás, que él pasaba a un segundo plano.

¿Y si unas elecciones en octubre dejasen un Parlamento muy similar? ¿Qué haría entonces Marta Rovira? Esquerra siempre bascula entre sus dos ejes: el nacional y el social. En los últimos años ha prevalecido el eje nacional, con acuerdos con el independentismo. Rovira y Junqueras han sido los principales avaladores del eje nacional. Ahora, cuando las relaciones políticas entre Rovira y Junqueras se han roto, habrá que ver hacia dónde decide ir Rovira.

La opción nacional con Carles Puigdemont es un camino. El otro es un acuerdo de izquierdas con el PSC y los Comunes. La aritmética da los 68 diputados de la mayoría absoluta, por lo que el candidato sería elegido en una primera votación. Esquerra quiere tener cerrado el pacto con el Gobierno de Pedro Sánchez sobre la financiación “singular” antes de avalar a Salvador Illa. No sería disparatado que este acuerdo llegara durante este mes de julio.

Además, con Junts fuera del Gobierno de la Generalitat, ERC conseguiría que Carles Puigdemont abandonara el acta de diputado, tal y como prometió, y a la vez se abriría el melón sucesorio en Junts por lo que la crisis interna se trasladaría a Junts, una formación que mira de reojo la Alianza Catalana de Sílvia Orriols. A pesar de todo, Josep Rull se perfila a estas alturas desde la Presidencia del Parlament como el futuro de Junts.

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