Antonio Franco murió el 25 de septiembre de 2021. Dos días después de su muerte publiqué un artículo en EL TRIANGLE donde escribí esto: “No sé si Antonio Franco me consideraba “uno de los suyos” pero me hubiera gustado que fuera así. Lo parecía cuando las pocas veces en que coincidimos cara a cara me saludaba con una violencia cariñosa que así me lo hacía pensar. Todavía me duele en el recuerdo el golpe en la nuca que me dio cuando saludamos en la presentación del último libro de Ramon Miravitllas. Nunca trabajé en las redacciones que dirigió pero imagino que habría sido una experiencia divertida. Estos diarios mantenían una línea editorial que me gustaba. También me gustaban los artículos de opinión que escribía y las reflexiones que hacía en las tertulias de televisión en las que participaba. De hecho, lo he echado de menos últimamente en unas mesas de análisis convertidas en trincheras ideológicas donde muchos van no porque tengan cosas interesantes que decir sino porque trabajan en este digital o en ese otro. En los últimos años había venido alguna vez a la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona y siempre que hablaba en el Aula Magna yo intentaba ir a escucharle. Pienso que muchos de los jóvenes periodistas en formación que asistían a estas charlas salían amando un poco más la profesión a la que querían dedicarse. Para mí representaba la idea de que se puede ser periodista y ‘progre’ sin que el ejercicio profesional salga perjudicado. Me hubiera gustado ser uno de los suyos. Quizás lo fui”.
Un señor llamado David Madí acaba de publicar un libro con sus memorias donde ha escrito lo siguiente: “Las relaciones entre política y medios de comunicación se mueven siempre en una frontera muy complicada, pero son un requisito para un sistema democrático con contrapesos. Aun así, llegado el momento, el Savonarola de El Periódico no tuvo ningún problema en enviarme un emisario para sugerirme que, si pagaba unos trescientos mil euros más de lo que teníamos pactado en el convenio institucional de ese año, el pequeño escándalo de las encuestas que me querían endosar desaparecería. Como es sabido, mi respuesta fue que no”. Madí se refería a Antonio Franco.
No sé si fui “uno de los suyos” para Antonio Franco. Sí tengo muy claro que nunca seré “uno de los suyos” de David Madí. ¡Mala gente!
